El dictador nicaragüense, Daniel Ortega, acusó al Vaticano de formar parte del “conglomerado del fascismo”, en un contexto de crecientes tensiones entre su administración y la Iglesia católica.
Durante una cumbre virtual con jefes de Estado de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), Ortega, junto a la co dictadora Rosario Murillo, denunció al Vaticano como un Estado “claramente a favor del imperio”, en referencia a Estados Unidos, en un discurso de odio y confrontación internacional.
“El Vaticano es un instrumento más en todas estas batallas que estamos librando (en el mundo), un instrumento más que es parte del conglomerado del fascismo que, en nuevas modalidades, quiere dominar el mundo”, declaró.
Contexto de las declaraciones de Ortega
Las críticas de Ortega al Vaticano se produjeron un día después de que el papa Francisco hiciera un llamamiento al “amado” pueblo de Nicaragua para que renovara su “esperanza” en Jesucristo, en un momento en el que las relaciones entre el gobierno de Ortega y la Iglesia católica se encuentran en un punto álgido debido al encarcelamiento y expulsión de sacerdotes.
Nueve mil seiscientas ochenta y ocho (9,688) procesiones y actividades religiosas han sido prohibidas por la Policía Nacional desde el año 2019 a julio 2024. Las autoridades policiales previamente advierten a los obispos y sacerdotes acerca del impedimento mediante llamadas pic.twitter.com/0TA3cydlo5
— Martha Patricia M (@mpatricia_m) August 27, 2024
“Al amado pueblo de Nicaragua, animo a renovar vuestra esperanza en Jesús, recordad que el Espíritu Santo guía siempre la historia hacia proyectos más altos”, dijo el pontífice argentino durante el Ángelus dominical desde la ventana del Palacio Apostólico.
Relaciones diplomáticas en crisis
Las relaciones entre el gobierno de Ortega y la Iglesia católica han atravesado momentos de gran tensión, marcados por la expulsión y detención de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de relaciones diplomáticas.
Según el estudio “Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?”, de la investigadora exiliada Martha Patricia Molina, 245 religiosos han sido forzados al exilio o han sido expulsados de Nicaragua desde que comenzó la crisis social y política en abril de 2018.
En agosto de 2023, Ortega ordenó la disolución de la Compañía de Jesús en Nicaragua, además de la expropiación de todos sus bienes, afectando directamente a la orden religiosa a la que pertenece el papa Francisco.
Esta medida se sumó a la condena del obispo Rolando Álvarez, quien, junto a otros clérigos, fue desterrado y expatriado al Vaticano como parte de un acuerdo entre el gobierno nicaragüense y la Santa Sede.
Persecución y tensiones continuas
Nicaragua enfrenta una crisis desde abril de 2018, la cual se ha intensificado tras las elecciones de noviembre de 2021, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto a su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con la mayoría de sus opositores políticos encarcelados.
El papa Francisco ha manifestado en varias ocasiones su preocupación por la situación en Nicaragua, haciendo un llamado a buscar “siempre el camino del diálogo”.
Las recientes declaraciones de Ortega contra el Vaticano sugieren una nueva escalada en la confrontación con la Iglesia católica, en un momento en que Nicaragua continúa enfrentando desafíos internos y críticas internacionales.