Nicaragua afianza su dictadura dinástica iniciando el 2025

Daniel Ortega y Rosario Murillo, la pareja que comanda el país centroamericano y que somete a cualquier disidente, arrancó el año poniendo los asideros “legales” para mantener su sistema autoritario que durante años ha violentado cualquier derecho ciudadano.

Rosario Murillo y Daniel Ortega, dictadores de Nicaragua.

Nicaragua inició el 2025 consolidando un modelo autoritario sin precedentes en América Latina, con reformas constitucionales que establecen una “dictadura dinástica” encabezada por Daniel Ortega y Rosario Murillo, mientras la región mira con preocupación el retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, según un análisis del Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (CETCAM).

El boletín de análisis político Perspectiva de CETCAM detalla que las reformas aprobadas entre noviembre de 2024 y enero de 2025 por la Asamblea Nacional, controlada por el oficialismo, introdujeron una figura inédita en la región: un poder ejecutivo bicéfalo, con un “copresidente y una copresidenta” que gobiernan en igualdad de condiciones.

Este diseño, según el informe, “consolida el poder acumulado por Rosario Murillo” y simboliza el avance de un modelo autoritario basado en el control absoluto de la familia Ortega-Murillo.

“El texto constitucional reformado demuele los vestigios democráticos que aún subsistían, eliminando derechos fundamentales y asegurando la perpetuidad en el poder de la familia gobernante”, subraya CETCAM.

Además, el análisis destaca las purgas realizadas por Murillo en las instituciones estatales y en el partido Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), consolidando su dominio político.

Represión e incertidumbre

Paralelamente, el régimen ha incrementado la represión. CETCAM señala que cerca de 40 personas han sido detenidas y permanecen en condición de desaparición forzada desde diciembre de 2024, mientras sus familias enfrentan hostigamiento y vigilancia constante.

Una banda de paramilitares encapuchados fue juramentada como “policías voluntarios” de la dictadura.

Estas acciones reflejan, según el análisis, “la debilidad y el aislamiento en que se encuentran los Ortega-Murillo, quienes no han logrado legitimidad ni siquiera entre sus propios seguidores”.

A la vez de las reformas y la agudización de la represión, la dictadura ha instaurado un ejército de 12,000 “policías voluntarios” que la oposición califica como “paramilitares”, al salir armados y pasamontañas en las ceremonias públicas.

América Latina y el retorno de Trump

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca también genera preocupación en la región. CETCAM advierte que Centroamérica enfrenta incertidumbres respecto a políticas clave, como la lucha contra el narcotráfico, la migración y las deportaciones masivas de ciudadanos de la región.

Además, persisten dudas sobre el tipo de relación que el nuevo gobierno de Trump establecerá con países como Nicaragua, El Salvador y Honduras.

El análisis destaca las posibles tensiones entre la administración Trump y el régimen Ortega-Murillo, especialmente por las declaraciones del mandatario estadounidense contra regímenes autoritarios y su enfoque en endurecer las políticas migratorias.

Para CETCAM, el panorama en Nicaragua y Centroamérica en 2025 está marcado por “una convergencia de autoritarismo interno e incertidumbre externa”.

La combinación del fortalecimiento de la dictadura en Nicaragua y el retorno de Trump plantea interrogantes sobre el futuro político, social y económico de la región, en un contexto de creciente inestabilidad.

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