La participación electoral en Honduras rondó los 3 millones de personas, un nivel que analistas consideran elevado para la región y que mantiene al país por encima del promedio latinoamericano.
Los datos preliminares indican que el abstencionismo sería menor al 50 %, tomando en cuenta que 6.5 millones de ciudadanos estaban habilitados para votar dentro y fuera del país.
Smartmatic informó que, aunque hubo retrasos por problemas de conectividad en algunos centros, sus dispositivos se usaron en más del 90 % del proceso, lo que permitió autenticar a la mayoría de votantes.
La consejera del Consejo Nacional Electoral (CNE), Cossette López, afirmó que el 88 % de los lectores biométricos funcionaron correctamente. El resto generó filas y lentitud, sobre todo entre adultos mayores con dificultades para el reconocimiento de huellas o rostros.
Comparado con procesos anteriores, la participación podría superar la de 2021, cuando votaron más de 3.5 millones de personas. En 2017, pese a un censo amplio, acudieron 3.4 millones de hondureños.
El analista Lester Ramírez calculó que la participación de 2025 ronda el 65 %, ligeramente por debajo de 2021 pero aún por encima del promedio regional, lo que proyecta un escenario democrático activo en Centroamérica.
El exmagistrado Augusto Aguilar señaló que el bipartidismo continúa siendo dominante en Honduras. Afirmó que el triunfo de Libre en 2021 respondió más a una coyuntura que a un cambio profundo en la preferencia ciudadana.
Ramírez agregó que los resultados reflejan un voto de castigo al oficialismo, con ocho de cada diez hondureños optando por alternativas distintas a Libre. Según dijo, el mensaje para el partido es claro: renovar liderazgos, moderar su discurso y replantear su agenda programática
