La crisis poselectoral en Honduras sumó un nuevo capítulo luego de que el expresidente Juan Orlando Hernández asegurara públicamente que el candidato Nasry Asfura ganó las elecciones, mientras sectores de la oposición buscan revertir el resultado mediante acuerdos políticos y acciones legales.
Según Hernández, Salvador Nasralla y el expresidente Manuel “Mel” Zelaya habrían retomado conversaciones con el objetivo de modificar el desenlace electoral, pese a que afirma, los números favorecen al aspirante del Partido Nacional. Las declaraciones elevan la tensión en un proceso aún sin cierre definitivo.
La oposición, encabezada por Nasralla, sostiene que existieron irregularidades en el conteo de votos y fallas en la transmisión de resultados, por lo que exige un escrutinio más amplio y transparente. Zelaya, líder del oficialismo, ha respaldado estas denuncias y cuestionado la legitimidad del proceso.
La incertidumbre se mantiene mientras el Consejo Nacional Electoral continúa con la revisión de actas y el escrutinio especial, en medio de un clima político polarizado y con llamados a movilización por parte de distintos sectores.
El conflicto electoral coloca nuevamente a Honduras bajo observación internacional, con misiones de observación y organismos regionales atentos al desenlace de un proceso clave para la estabilidad democrática del país y de Centroamérica.
