El dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, aprovechó el acto del aniversario de la revolución sandinista para decir que busca que Gustavo Petro, presidente de Colombia, acceda a “una negociación” tras el fallo por un litigio limítrofe en el Caribe, que su intención en la cumbre en Bruselas era imponer una agenda pro Rusia y “atacar” a la Unión Europea y Estados Unidos por apoyar a Ucrania.
En un larguísimo discurso durante el acto para conmemorar el aniversario 44 del triunfo de la entonces guerrilla nicaragüense, el “comandante” Ortega, como todavía le llaman sus seguidores, aprovechó para justificar sus “políticas” y arremeter contra todos los que se le oponen o cuestionan.
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El dictador Ortega llamó al presidente de Colombia, Gustavo Petro, a sentarse a negociar un acuerdo marítimo que de por finalizado el litigio territorial entre ambos países, luego de un fallo de la Corte Internacional de Justicia que botó las pretensiones de Nicaragua por extender su plataforma marítima más allá de 200 millas náuticas.
El dictador admitió haber perdido el fallo en La Haya, pero quiso equilibrarlo diciendo que una sentencia anterior había beneficiado a Nicaragua al reconocerle 75 mil kilómetros de territorio.

“Estamos 1 a 1, no hay más camino que reconocer los fallos de la CIJ”, dijo Ortega, quien se quejó de un tuit del presidente Petro celebrando el fallo a su favor.
“Gran victoria para Colombia en La Haya. La CIJ no accedió a las pretensiones de Nicaragua sobre expandir su plataforma continental. Esperamos con este fallo cerrar la controversia limítrofe y abocarnos a llevar desarrollo sostenible a nuestro archipiélago”, publicó Petro en su cuenta de Twitter, lo cual molestó a Ortega.
“Si la corte ya falló a favor de ellos y a favor de nosotros, ahí tenemos la salida para que busquemos la forma de plasmar esto en un acuerdo…”, dijo el dictador de Nicaragua.
“Acatamos el fallo del 2023 y ustedes deben acatar el fallo del 2012”, reiteró Ortega.
El pasado 13 de julio la CIJ falló contra Nicaragua que pedía extender su plataforma continental más allá de las 200 millas náuticas que delimitan su frontera marítima con Colombia.
Arremete contra la Unión Europea
Un día después de haber terminado la Cumbre de la Unión Europea con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (UE-Celac) en Bruselas, capital de Bélgica, el dictador de Nicaragua develó que sus planes al visitar el foro eran imponer una agenda a favor de Rusia y enfrentar a los líderes mundiales contra Estados Unidos y la Comunidad Europea.

El dictador reveló las razones de por qué el representante de su régimen, el militar en retiro y canciller Denis Moncada Colindres, se negó a firmar la resolución de consenso de la Unión Europea con la Celac.
Ortega dijo que su canciller llegó a la reunión con tres puntos de agenda que quiso introducir en la resolución final del foro.
Uno de ellos era que los países participantes cuestionaron a Estados Unidos y a los países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), por el suministro de ayuda militar y recursos financieros a Ucrania, que se defiende de una invasión militar rusa desde febrero del 2022.
Según Ortega, ellos querían que la Unión Europea condenara el suministro de bombas de racimos que Estados Unidos entrega para la defensa a Ucrania.
Frustrado, Ortega dijo que ese punto de propuesta fue vetado.
Ortega cuestionó el apoyo financiero de Europa y Estados Unidos a Kiev y acusó a los europeos de provocar una crisis económica mundial por destinar recursos a la defensa de Ucrania en vez de destinar esos fondos a la inversión mundial.
Luego el dictador admitió que su segunda propuesta en el foro fue que la Unión Europea abanderara la petición nicaragüense de reclamar a Estados Unidos para que pague una indemnización que los sandinistas ganaron en 1987 en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, en un juicio contra la Casa Blanca.
La propuesta, admitió furibundo Ortega, fue vetada por la mayoría de los miembros del foro.
El régimen sandinista, acusado de crímenes de lesa humanidad por los abusos contra derechos humanos de los manifestantes opositores, revivió el viejo caso de la sentencia de la CIJ en 1987, para cobrarle a Estados Unidos una indemnización tasada en $17,000 millones en los años 80, cuando Washington apoyaba a las fuerzas rebeldes que combatían a la primera dictadura sandinista de 1979 a 1990.
La tercera propuesta de Ortega, según el propio dictador, fue que se incluyera en la resolución final una propuesta de Nicaragua para que la Unión Europea y la Celac condenaran y rechazaran las sanciones contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, así como el “bloqueo” contra la isla comunista.
Furioso y frustrado, Ortega cuestionó que los países rechazaron mencionar las sanciones contra Nicaragua y Venezuela, pero admitieron pedir el cese “del bloqueo” a la dictadura cubana.
Ante el fracaso de sus imposiciones, Ortega admitió que se negó a firmar la resolución, con la idea de bloquear la resolución porque apoyaba a Ucrania, a cuyo presidente Volodomir Zelenski, el dictador y aliado de Rusia tildó de “fascista” y “nazi”.
“La declaración fue respaldada por todos los países, excepto uno, que no ha podido suscribirlo debido a un párrafo”, declaró entonces el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en la rueda de prensa posterior a la cumbre, acompañado de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, el presidente de Argentina, Alberto Fernández y el primer ministro de San Vicente y Granadinas, Ralph Gonsalves.
El dictador nicaragüense descalificó la resolución porque a su criterio, al oponerse Nicaragua a la firma de consenso, el acuerdo no debió haberse publicado y por ello justificó un comunicado oficial de su dictadura donde califican a la Unión Europea de “mentirosa”.
La posición oficial del régimen es “que la Unión Europea ha roto todos los procedimientos y mecanismos establecidos por los organismos democráticos, pasando por encima de las reglas”, ya que la declaratoria “no tiene consenso, puesto que Managua no lo firmó, ni lo aprobó”.
Ortega ha sido un fuerte oponente a cuestionar la invasión rusa en Ucrania y sostiene un discurso alineado a Vladimir Putin que señala una supuesta “desnacifización” en la zona.
Luego de quejarse de que los planteamientos de su dictadura fueron botados, Ortega se burló de la promesa europea de invertir $45,000 millones de dólares en la región: “antes los europeos venían y ofrecían espejos, ahora ofrecen promesas de miles de millones”.
Según el dictador acusado de crímenes de lesa humanidad, la Unión Europea quiere meter “cizaña” en la Celac y por eso llamó “al pobre Ralph Gonsalves”, primer ministro de San Vicente y Granadinas y presidente temporal de la Celac a estar alerta “ante las intenciones de la Unión Europea”.