El dictador nicaragüense Daniel Ortega dijo que la liberación de los 222 presos políticos fue gestionada por medio de su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, con el embajador estadounidense en Managua y que la resolución fue muy rápida y que su régimen estaba dispuesto a “liberar a todos los mercenarios”, en referencia a los opositores desterrados este jueves.
Según Ortega, de 228 nombres que entregó su régimen, el gobierno de Estados Unidos rechazó a 4 y en referencia a monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa, explicó que fue él quien no quiso subir al avión y que pidió tener una reunión “con los demás obispos”.
Los presuntamente rechazados por los estadounidenses son Eliseo de Jesús Castro Baltodano, Walner Antonio Ruiz Rivera, José Manuel Urbina Lara y Jaime Enrique Navarrete Blandón.
En una de las ocasiones en las que se refirió despectivamente a monseño, Ortega mostró una de las hojas en que estaban los nombres de los presos políticos y en la casilla 92 aparece el nombre Rolando José Álvarez Lagos, quien dijo que ahora está en la cárcel Modelo, “convertido en un energúmeno”.
Se negó a obedecer una decisión del Estado de Nicaragua, dijo Ortega.
Según él, la liberación de los presos políticos es un mensaje para la paz de los nicaragüenses.
Incluso se tomó el tiempo para atacar “al imperio” y enfatizó que al gobierno de Estados Unidos no le han pedido nada a cambio por la liberación.
Ortega y su esposa y vicepresidenta mandó presos a cientos de opositores tras las violentas revueltas de 2018 y entre estos están religiosos, políticos, empresarios, periodistas y estudiantes.