El Departamento de Estado de Estados Unidos presentó un balance de los primeros 100 días de gestión de Marco Rubio como secretario de Estado, destacando una ofensiva diplomática contra regímenes autoritarios en la región, el aislamiento de China en la región centroamericana y un endurecimiento del control migratorio.
En su primer viaje internacional, logró que Panamá se retirara de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de Pekín. El presidente panameño, José Raúl Mulino, anunció la no renovación del memorándum de entendimiento con China, declarando: “No sé qué animó en su momento a quiénes firmaron este acuerdo. ¿Qué ha traído realmente para Panamá?”
“Sabemos que el gobierno de Pekín está comprometido (…) con dominar las telecomunicaciones a través de Huawei y otras empresas”, afirmó Rubio en una conferencia de prensa en febrero junto al presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo.
El gobierno de Guatemala reiteró sus lazos con Taiwán y el rechazo a las presiones chinas. Otras naciones como República Dominicana y Costa Rica también han comenzado a distanciarse de los vínculos con China, fortaleciendo sus lazos con EE. UU. Rubio elogió especialmente a Costa Rica por excluir a Huawei de su licitación 5G y por emprender acciones legales contra la compañía por corrupción. “5G será clave para el desarrollo del siglo XXI, pero debe construirse sobre bases seguras”, afirmó.
En Costa Rica, el presidente Rodrigo Chaves recibió el respaldo del funcionario estadounidense por vetar la participación de Huawei en la red 5G, además de presentar cargos por corrupción contra ejecutivos de la empresa china. En San José, Rubio destacó que “el 5G será una tecnología crítica (…) pero tiene que ser seguro”, refiriéndose al riesgo de permitir el acceso a proveedores respaldados por el gobierno chino.

Presión sin precedentes sobre el régimen Ortega-Murillo
Uno de los pilares más destacados ha sido la ofensiva diplomática contra la dictadura en Nicaragua. Más de 250 funcionarios del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo han sido objeto de restricciones de visado, en respuesta a la represión de libertades fundamentales y el éxodo forzado de miles de nicaragüenses.
Rubio denunció públicamente que “Ortega ha convertido el país en una dinastía familiar” y ha perseguido sistemáticamente a la Iglesia católica y a toda forma de disidencia. Además, confirmó que Washington evalúa excluir a Nicaragua del tratado comercial CAFTA-DR, una medida que podría asestar un duro golpe económico al país centroamericano, cuyas exportaciones dependen en gran medida del acceso al mercado estadounidense.
El secretario de Estado -que llamó a la dictadura nicaragüense “enemiga de la humanidad”- también advirtió que EE.UU. evalúa excluir a Nicaragua del Tratado de Libre Comercio con Centroamérica (CAFTA-DR), una acción que golpearía directamente la economía del país, cuya principal fuente de exportación es Estados Unidos.

Seguridad fronteriza y lucha contra el crimen transnacional
Otro eje prioritario ha sido la seguridad fronteriza y la lucha contra organizaciones criminales. Gracias a campañas mediáticas globales en más de 150 países, los intentos de inmigración ilegal han caído en un 95 %, según el Departamento de Estado. Además, el Departamento de Estado colaboró con Seguridad Nacional en un programa que alienta la autodeportación de indocumentados.
Como parte del refuerzo fronterizo y lucha contra el crimen organizado, Estados Unidos designó como organizaciones terroristas a seis cárteles mexicanos, así como al Tren de Aragua y a la Mara Salvatrucha (MS-13). También se ejecutaron traslados de miembros de estas pandillas hacia El Salvador, como parte de acuerdos bilaterales en seguridad.