Las elecciones presidenciales celebradas en Bolivia el pasado 17 de agosto marcan un punto de inflexión en la historia política de la región. Después de casi dos décadas de hegemonía, el Movimiento al Socialismo (MAS) sufrió un colapso histórico, reduciéndose a apenas un 3 % de los votos, mientras casi un 19 % del electorado respondió al llamado de Evo Morales a anular su voto.
Bolivia es un país cercano a mí. Tuve la oportunidad de trabajar allí como consultor y, en ese camino, cultivar amistades entrañables que me han permitido comprender mejor la compleja realidad boliviana.
El contexto electoral
A diferencia de dictaduras como Venezuela o Nicaragua, Bolivia sigue siendo una democracia frágil pero competitiva. Su sistema electoral establece que un candidato gana en primera vuelta si logra más del 50 % de los votos válidos o más del 40 % con 10 puntos de ventaja sobre el segundo. Como ninguna de estas condiciones se cumplió, habrá segunda vuelta el próximo 19 de octubre. Lo relevante es que no hubo fraude: las misiones de observación confirmaron la transparencia del proceso y las actas coincidieron con los resultados oficiales.
Resultados de la primera vuelta
• Rodrigo Paz Pereira: ~32 %
• Jorge “Tuto” Quiroga: ~27 %
• Samuel Doria Medina: ~20 %
• MAS: ~3 %
• Voto nulo: ~19 %
El derrumbe del MAS se explica por tres factores: la inhabilitación del corrupto de Evo Morales (acusado además de pedofilia), y su llamado al voto nulo, la falta de un liderazgo de reemplazo y el desgaste acumulado tras 20 años en el poder. El partido que alguna vez fue hegemónico pasó a convertirse en una fuerza marginal.
La irrupción del “Capitán Lara”
El gran fenómeno de esta elección fue la dupla Rodrigo Paz – Edman Lara, conocido como el “Capitán Lara”. Lara, ex policía y estrella de TikTok, conectó con votantes jóvenes y sectores populares a través de las redes sociales. Representó el voto antisistema y canalizó parte del descontento que antes nutría al MAS. Su impacto confirma que el populismo digital está transformando la política latinoamericana.
Tuto Quiroga y Samuel Doria Medina
Mientras Samuel Doria Medina, favorito en encuestas, no logró movilizar desde el centro, Jorge “Tuto” Quiroga superó expectativas y se aseguró la segunda vuelta con un mensaje liberal-conservador más definido. Aquí declaro con transparencia mis simpatías personales: Tuto es un amigo de muchos años, y me honra que, incluso en medio de campaña, haya reiterado su compromiso con la democracia en Nicaragua.
Lo que viene
La segunda vuelta enfrentará dos opciones distintas:
• Paz–Lara: narrativa socialdemócrata de centro-izquierda, fuerte conexión digital y juvenil.
• Quiroga: experiencia, claridad ideológica y propuesta liberal.
El apoyo de Samuel a Paz puede darle ventaja, pero la polarización podría jugar a favor de Tuto. La clave estará en los votantes nulos y en si Paz logra mantener el impulso que generó el “Capitán Lara”.
Lecciones regionales
1. Incluso en democracias frágiles puede haber alternancia.
2. Las redes sociales reconfiguran el voto, con figuras disruptivas capaces de movilizar nuevas mayorías.
3. El ciclo de hegemonías autoritarias se puede agotar. Bolivia demuestra que incluso los partidos más dominantes pueden derrumbarse cuando pierden legitimidad y conexión con la sociedad.
El 17 de agosto de 2025 quedará en la historia como el día en que el pueblo boliviano habló fuerte y claro. Son vientos de cambio que no solo transforman Bolivia, sino que nos recuerdan que la democracia puede abrirse paso, incluso en medio de la fragilidad institucional.