La líder opositora venezolana, María Corina Machado, se encuentra a salvo y “llegará a Oslo”, pero no a tiempo para la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz del miércoles, según informó el Instituto Nobel Noruego.
Machado, de 58 años, tenía previsto recibir el premio en una ceremonia en el Ayuntamiento de Oslo, en presencia del rey Harald, la reina Sonja y líderes latinoamericanos, entre ellos los presidentes de Argentina, Javier Milei, e lecuatoriano Daniel Noboa, el paraguayo Sebastián Peña y el panameño, José Raúl Mulino.
Desde el anuncio del premio en octubre, millones de personas en América Latina y el mundo vieron en Machado una figura clave para una eventual transición pacífica del régimen autoritario venezolano. El comité noruego destacó su valentía civil como “uno de los ejemplos más extraordinarios en América Latina” en los últimos años.
Su hija Ana Corina Sosa recibirá el premio en su nombre durante la ceremonia en Oslo.
La ausencia de Machado en la ceremonia, la primera aparición pública planificada desde que comenzó su vida en la clandestinidad en 2024, revela la magnitud de las amenazas que pesan sobre ella. La opositora vive bajo la sombra de acusaciones penales, lo que convertiría su salida del país en algo riesgoso.
Para muchos en la comunidad venezolana en el exilio y defensores de derechos humanos en Latinoamérica, el hecho de que Machado no pueda recibir el premio en persona transmite un mensaje claro: la represión del régimen persiste incluso frente a reconocimientos internacionales.