Gobernador argentino criticado por usar “método Bukele” en la cárcel

Maximiliano Pullaro, gobernador de Santa Fe, ha decidido poner mano dura en una prisión “sometiendo” a los reos, lo que provocó una violenta reacción de las bandas criminales. Lo acusan de “bukelizar” la seguridad.

El gobernador de Santa Fe, en Argentina, es blanco de fuertes críticas por “bukelizar” la lucha contra el narcotráfico, principalmente en la ciudad de Rosario, donde la violencia es mucho mayor que en el resto del país.

Maximiliano Pullaro, quien asumió el cargo hace apenas 2 meses, trata de terminar la construcción de una cárcel de máxima seguridad y a los prisiones los exhibe sometidos como lo hace el gobierno del popular Nayib Bukele, presidente de El Salvador.

Esto desató señalamientos de políticos y analistas, que consideran peligroso el camino tomado por el funcionario.

“Cuanto más se metan con nosotros, peor la van a pasar”, advirtió a los jefes narcos el ministro de Seguridad local, Pablo Cococcioni, al asegurar que, cuando esté terminada la cárcel de alta seguridad, “no van a poder ni pestañear”.

Rosario, con 1.3 millones de habitantes, es la tercera ciudad más grande de Argentina y el principal puerto del país. La hidrovía sobre el río Paraná se ha vuelto el corredor perfecto para la salida de droga que es movida desde Bolivia, Brasil y Paraguay con destino a Europa y Asia.

La tasa de homicidios en esta es de 22 por cada 100,000 habitantes, cinco veces mayor que en el resto del país.

El fenómeno criminal puso en foco el funcionamiento de las cárceles, desde donde los cabecillas de organizaciones delictivas ordenan ataques armados, tal como ocurre en otras prisiones de Latinoamérica.

Los homicidios de 2 taxistas, el martes y miércoles de esta semana, es interpretado como la respuestas de los criminales ante el sometimiento de los prisioneros por órdenes del gobernador.

Así como el gobierno salvadoreño muestra a los pandilleros arrestados en medio de una guerra ordenada por Bukele, el calzoncillos, agachados y en fila, las autoridades rosarinas han mostrado a sus prisioneros, lo que habría provocado la violenta reacción criminal.

El trabajo de mano dura del gobernador fue alabado por el presidente Javier Milei, quien lo felicitó y dijo que el índice de homicidios de enero y febrero disminuyó un 60 % en comparación a meses anteriores. “El gobierno comenzó con una lógica muy preocupante, que yo llamo de ‘bukelización’, porque lo único significativo que está haciendo (…) son escenas mediáticas”, dijo a la agencia AFP el profesor de Criminología de la Universidad de Rosario, Enrique Font.

“Es contraproducente, porque el fenómeno que se confronta es una violencia muy rústica e identitaria. Lo peor que se puede hacer desde el Estado es alimentar esa identidad, usándolos políticamente, mostrándolos, porque la violencia identitaria quiere ese reconocimiento”, agregó.

El presidente Bukele se refirió a Rosario tras ser reelecto presidente.

“El problema de Argentina es (…) preocupante sobre todo en Rosario y otras zonas, pero más pequeño que en El Salvador… (las medidas)no tendrían que ser tan drásticas”, dijo.

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