El cambio al Sistema de Entradas y Salidas (EES) marcará el inicio de una nueva etapa en la forma de viajar hacia Europa para ciudadanos no pertenecientes a la Unión Europea, incluyendo latinoamericanos que cada año visitan el continente por turismo, trabajo o estudios.
El EES reemplazará el sello de tinta en el pasaporte por un registro digital que se asociará directamente a la identidad biométrica del viajero.
En cada cruce de frontera, se tomarán huellas dactilares y se realizará un escaneo facial, datos que quedarán almacenados durante tres años. Esto permitirá que, en futuros ingresos, solo sea necesario presentar el pasaporte y verificar la huella.
El sistema entrará en funcionamiento el 12 de octubre, pero no será obligatorio en todos los países desde el inicio. Los Estados miembros del espacio Schengen tienen plazo hasta el 10 de abril de 2026 para completar su instalación en aeropuertos, puertos y pasos fronterizos terrestres. Solo Estonia y Luxemburgo han confirmado que lo aplicarán en todos sus puntos desde el primer día.
Participación de 29 países
Un total de 29 países europeos, entre ellos España, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Portugal y Suiza, forman parte de esta primera fase. La magnitud del proyecto implica que la mayoría avanzará de forma escalonada, priorizando los aeropuertos y los puntos de mayor tránsito internacional.
La Unión Europea impulsó este cambio como parte de una estrategia para reforzar la seguridad, hacer más eficientes los controles y reducir fraudes migratorios. El sistema también busca dar respuesta a los crecientes flujos de turismo masivo y a los desafíos de la movilidad internacional.
El EES está dirigido a ciudadanos de países que no forman parte de la Unión Europea, incluso aquellos que no requieren visado. Esto incluye a viajeros latinoamericanos y también a británicos tras el Brexit. En paralelo, la UE prepara la entrada en vigor del ETIAS, un permiso de viaje electrónico que será obligatorio en los próximos meses.
Aunque al inicio pueda generar demoras por la adaptación, las autoridades europeas aseguran que el EES reducirá el tiempo de espera a mediano plazo, ya que la verificación biométrica sustituirá los procesos manuales.
El sistema representa un paso más en la transformación digital de las fronteras internacionales.
Cabe destacar que Irlanda, aunque miembro de la Unión Europea, no participa en el espacio Schengen y por tanto no aplicará el EES. El resto de los países deben completar la implementación antes de abril de 2026, fecha en la que el sistema estará plenamente operativo en todo el espacio Schengen.