Un documental retrata las luchas de Carlos Mejía Godoy es el cantautor nicaragüense más prolífico de música folclórica y de protesta del país centroamericano.
La producción relata la vida de Carlos Mejía Godoy, una muestra que comparte el lado sensible de haber tenido que salir del país de Nicaragua, y exiliarse en Estados Unidos tras la grave crisis que vive el país centroamericano de manos de la dictadura Ortega- Murillo.
El cantautor de “Nicaragua, Nicaragüita”, recuerda que escribió una carta para Daniel Ortega y que le dijo frontalmente “Deja de matar Daniel, sos un criminal, por la sangre de tu hermano”. Eso llevó que al día siguiente las comisiones de los derechos humanos llegaran a su casa “y me dijeron Carlos salí del país, te van a matar” y afirma que le dijeron que debía de hacerlo de manera inmediata”.
“Por eso estoy en el exilio, por oponerme a esta debacle, a esta traición a nuestra revolución original sandinista”, afirma Mejía Godoy, hoy de 80 años.
Además de cantautor, Mejía Godoy es pintor, lo que le ha llevado a reencontrarse y darle más razón a su vida, haciendo uso del pincel y de colores que relatan la vida y la multipolaridad de los efectos de la vida misma. El Audiovisual se titula “Living In Exile” (Viviendo en el exilio): Carlos Mejía Godoy”.
Carlos Mejía Godoy se ha reinventado y ha encontrado refugio en la expresión del arte de los pinceles, con la elaboración de pinturas que llevan la expresión pura de la Nicaraguanidad que lleva en la sangre, y que en el exilio le ayuda a vivir en sí mismo. En sus obras de arte, expone la riqueza y belleza de su pueblo natal, pero también otras obras con un sabor histórico que ha marcado al país centroamericano por las mismas actitudes invasivas y dictatoriales que ha vivido históricamente Nicaragua.
“Yo estoy viajando constantemente con mi imaginación, con mis canciones, con mis pinturas, mis cuadros, estoy viajando a Somoto (su ciudad natal) y camino por las calles, me trepo a los cerros, bajo al río que ya no existe, hablo con los personajes, muchos ya están muertos, pero para mí están vivos y converso con ellos y escuchar sus historias, y esas historias yo las pinto, las hago canciones, como una manera de perpetuar la memoria de ese pueblo donde yo empecé a florecer, pero como niño, después como estudiante, después como poeta, como músico y ahora como pintor”, dice el cantante nicaragüense en el documental.
Mejía recuerda que Jon Silver, productor del documental, le había comentado que la producción audiovisual tardaría unos 20 minutos, y añade que “sin abandonar el tema de la música, me preguntó qué estaba haciendo, le hablé de mi oratorio al Michigüiste, que empecé hace cuatro años y está basada en el río de mi pueblo que ya no existe, porque con la erosión y el despale se extinguió, pero de ahí vino algo que le llamó la atención”.
La revolución por la que luchó
Además, el documental destaca la silueta revolucionaria de Mejía Godoy, que resalta los cimientos de la revolución sandinista, que inició con un sentimiento propio, una revolución alegre, original, que siguió sus propios sentimientos, porque considera que el proceso revolucionario nicaragüense, no siguió ningún patrón de otras revoluciones en el continente como la mexicana o la cubana.
Para él, los jóvenes que lideraron la misma revolución, después de un tiempo, empezaron a preocuparse por sus intereses personales y el pueblo fue quedando relegado a un segundo plano, ejemplo de eso, es el sandinismo que tiene sometido al pueblo nicaragüense.
“Y el pueblo mismo nos castigó cuando precisamente, este neo sandinismo, que es un seudo sandinismo, se entronizó contra la voluntad de todo un pueblo y empezó a crear esta nueva etapa de terror, de impunidad, y de codicia porque se han vuelto millonarios”, afirma el músico.
“Yo podía haberme quedado en Nicaragua y haberme quedado callado, pero yo escribí cuando era un joven, una canción que se llama “yo no puedo callar, no puedo pasar indiferente ante el dolor de tanta gente” y yo sentía en mi cabeza a ese joven diciendo: no puedo callar, y le dije a mi esposa, no puedo, yo tengo que decirle al dictador, algo que otros no le pueden decir por miedo y yo lo voy a decir”, dice el hoy exiliado cantautor y pintor nicaragüense.