La agencia S&P Global Ratings mejoró de estable a positiva la perspectiva de la calificación crediticia soberana de Guatemala por la sostenida resiliencia macroeconómica.
“Guatemala tiene un largo historial de políticas macroeconómicas cautelosas incluso durante períodos de incertidumbre política, como las elecciones presidenciales del año pasado y la transición de mando”, explicó la agencia en un análisis de mercado fechado el 18 de abril de 2024.
La perspectiva positiva indica que S&P podría subir la calificación soberana de Guatemala, actualmente en ‘BB/B’, en los próximos 12 meses si prevalecen las políticas macroeconómicas cautelosas, a pesar de la debilidad de las instituciones y los episodios de incertidumbre política.
Una mejora en la calificación soberana estaría condicionada, añadió la agencia, a señales de que la nueva administración del Ejecutivo y el Congreso colaboren en iniciativas políticas que afiancen las políticas macroeconómicas cautelosas, aumenten la confianza de los inversores y conduzcan a un mayor crecimiento económico.
En un escenario negativo, la agencia podría regresar la perspectiva a estable en los próximos 12 meses si el desempeño económico es peor de lo esperado o se presenten tensiones políticas que socaven la trayectoria de crecimiento. También podría ajustar las calificaciones si hubiera un aumento sustancial en el déficit fiscal y la deuda pública para financiar gastos operativos.
Para la S&P, los déficits fiscales de Guatemala son manejables, con una deuda neta muy baja, un perfil sólido externo y una historia de política monetaria estable.
La deuda pública de Guatemala representará un 16 % del Producto Interno Bruto (PIB) en 2024, una de las más bajas en América Latina. “El país afronta importantes necesidades sociales y de infraestructura, que restringen las perspectivas de crecimiento, y la política fiscal conservadora ha limitado el espacio para la inversión pública”, añadió la agencia.
S&P consideró que el país aún se enfrenta a una alta percepción de corrupción y un entorno político desafiante, que limita la efectividad de la formulación de políticas.
Para 2024, la agencia prevé un crecimiento real de un 3.5 %, alineado con las perspectivas del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI). La dinámica económica se respalda por el consumo gracias a las remesas y la inversión privada.