La sostenibilidad pasó de ser un término teórico de moda a ser una realidad y Bancoagrícola sabe representarlo, porque como líder entre las instituciones financieras está construyendo sobre esta su política estratégica de cara a la sociedad y los salvadoreños.
Para cumplir con el objetivo, que está íntimamente ligado al desarrollo de sus clientes, la institución ha identificado 3 frentes para lograr un mayor impacto con sus “Negocios con propósito”: inclusión financiera, promoción del tejido productivo y construcción de ciudades y comunidades sostenibles.
“Como Bancoagrícola, reconocemos que lograr nuestro propósito requiere de esfuerzos específicos y coordinados entre los distintos actores de un ecosistema. Por eso, nos comprometemos a ser aliados estratégicos de lo que genera impacto positivo, porque eso significa ser el banco de los salvadoreños”, dijo Emperatriz Mayorga, gerente de Sostenibilidad de Bancoagrícola durante una mesa redonda.
“La sostenibilidad dirige nuestra estrategia de negocio; no es un pilar del negocio; es decir: la sostenibilidad es la estrategia del negocio. En ese sentido, nuestro enfoque es hacer Negocios con Propósito dirigidos a eficiencia energética y generación de energía limpia, así como empresas certificadas con sellos sostenibles, donde además de los préstamos, compartimos conocimientos y experiencia en gestión ambiental, social y de gobierno corporativo con nuestros clientes”, explicó Ana Cristina Arango, vicepresidenta de Empresas y Gobierno de Bancoagrícola.
La apuesta: negocios con propósitos
Negocios con propósito es, según la institución financiera, su gran apuesta. Con esta, de acuerdo a sus datos, ha logrado colocar hasta agosto de 2023 más de $927 millones en agroindustria, exportaciones, comercio y manufactura, pequeñas y medianas empresas y comunidades sostenibles.
“Como el banco de los salvadoreños, buscamos asegurar nuestra sostenibilidad como organización, así como nuestra intención de impactar positivamente el bienestar de la sociedad; pero, sobre todo, inspirar y acompañar a otros con nuestro ejemplo, liderazgo y experiencia”, dijo Arango.
La cartera climática del banco asciende a más de $200 millones de dólares en saldos y para ello cuentan con proyectos de generación en energía renovable, eficiencia energética, proyectos de tratamiento, reúso y recirculación de aguas residuales y empresas que han certificado sus procesos de producción con sellos verdes.
Incluso cuentan con un portafolio de créditos para el desarrollo sostenible.
Pero más allá de los financiamientos, que por supuesto son importantes para el desarrollo de los negocios, Bancoagrícola, brinda acompañamiento acompañamiento y asesoramiento para la implementación de prácticas sostenibles.
La asistencia técnica, en la cual se realizan diagnósticos en energía, ambientales y en construcción sostenible, sirve para preparar un plan de inversión para cerrar las brechas detectadas.
Asesoría en sostenibilidad, para proveer a las empresas un modelo estratégico de desarrollo, es otro de los servicios que brinda la firma financiera que forma parte del Grupo Bancolombia.
Con esta aportan las herramientas para desarrollar acciones concretas que puedan ser medibles y que impacten en su gestión.
Un ejemplo de empresa que ha encontrado en Bancoagrícola el aliado estratégico ideal para un crecimiento con sostenibilidad es Sersaprosa y sus firmas Aeroflash y Aeromall, que este año incorporaron a su flota de vehículos 15 unidades eléctricas e híbridas de última generación.
Con estas, logran suplir la demanda de entregas, pero con un componente innovador de respeto al medio ambiente.
O Alas Doradas, dedicada a la producción de papel tisú, que con su planta de tratamiento de aguas residuales entrega una mejor calidad en el agua que reincorporan al ecosistema, pueden reutilizar más del 80 % de agua en sus procesos y seguir garantizando la calidad de sus productos. Esta firma es referente en Centroamérica como empresas sostenible.
Y también Grupo Campestre, que con la construcción de un biodigestor, puede transformar los residuos orgánicos en energía eléctrica y vapor para sus procesos en su avícola y producir fertilización orgánica.
O Cassa, la compañía azucarera, que transforma la caña en soluciones sostenibles para el mundo, y en su cadena de valor, están apoyando a más de 125 mil vidas; y Ventus, una empresa que transforma el viento en energía limpia para más de 100 mil hogares con el primer parque eólico de El Salvador y son pioneros en este tipo de generación de energía.
Para estas empresas y muchas más, Bancoagrícola ha demostrado su compromiso con un modelo sostenible pensando en El Salvador.
