La empresa estadounidense Intel anunció este jueves el cierre progresivo de su planta de ensamble y prueba de microprocesadores en Heredia, Costa Rica, como parte de un proceso global de reestructuración que incluye el traslado de estas operaciones a Malasia y Vietnam.
La decisión forma parte de una estrategia para “aumentar la eficiencia y competitividad” de la compañía, en un contexto marcado por la caída en la demanda de semiconductores y los altos costos operativos.
Intel confirmó que mantendrá sus operaciones de ingeniería, soporte técnico y servicios corporativos en el país, con más de 2.000 empleados, pero cerrará la planta de ensamble en los próximos meses.
La planta, reabierta en 2020 tras cerrar en 2014, representa uno de los principales centros de manufactura avanzada del país. En total, Intel emplea actualmente a más de 3.400 personas en Costa Rica.
Impacto en empleo y sector industrial
La Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR) lamentó el anuncio y calificó la operación de Intel como “clave para el desarrollo del sector de manufactura avanzada”.
El presidente de la Cámara, Sergio Capón, confirmó que se reunirán con la empresa el 29 de julio para conocer a fondo los motivos de la decisión.
Por su parte, la Unión Costarricense de Cámaras (Uccaep) señaló que la noticia “es una señal de alerta” sobre los retos estructurales del país, como el tipo de cambio, la rigidez laboral, los altos costos eléctricos y la complejidad de trámites.
La organización urgió al Gobierno a acelerar reformas para mejorar el clima de inversión.
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Reacciones políticas
El diputado socialcristiano Alejandro Pacheco calificó el cierre como “una pérdida preocupante” y exigió explicaciones al Gobierno.
“Intel ha sido una inversión emblemática y fuente de empleo de calidad. Necesitamos respuestas claras para no perder la confianza de otras compañías”, afirmó.
La liberacionista Kattia Rivera también expresó su preocupación y señaló que la decisión “es un duro golpe para cientos de familias”.
Afirmó que esta salida no está vinculada a la discusión legislativa del proyecto de jornadas laborales 4×3, sino más bien a “una política cambiaria que ha encarecido los costos de operación para las empresas exportadoras”.
Contexto global de reestructuración
A nivel global, Intel atraviesa una profunda reorganización bajo el liderazgo de su nuevo CEO, Lip-Bu Tan.
En su más reciente informe trimestral, la empresa reveló que reducirá su plantilla global de 109,800 empleados a unos 75,000 para finales de 2025, lo que representa un recorte de más de 24,000 trabajadores.
Además del cierre en Costa Rica, Intel canceló proyectos de expansión en Alemania y Polonia, cerró su unidad de chips para automóviles y escindió su negocio de visión artificial RealSense.
También redujo el ritmo de construcción de nuevas fábricas en Ohio, adaptando sus inversiones a la demanda real del mercado.
“El error fue construir sin garantizar demanda. Ahora haremos solo lo que el cliente necesita, cuando lo necesita”, dijo Tan durante la presentación de resultados.
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El futuro de Intel en Costa Rica
Pese al cierre de la planta de ensamble, la empresa reafirmó su compromiso con Costa Rica. Las autoridades del Ministerio de Comercio Exterior aseguraron estar en contacto con Intel para apoyar el proceso de transición y facilitar la recolocación laboral de los trabajadores afectados.
Organismos como CINDE y Procomer destacaron que el país sigue siendo un destino competitivo para operaciones de alto valor agregado, y que el talento costarricense sigue siendo un factor clave para empresas tecnológicas.
Con el cierre de la planta, Costa Rica pierde una operación estratégica, pero conserva una parte importante del ecosistema de innovación de Intel.
El reto ahora será mantener condiciones atractivas para evitar nuevas salidas en un entorno global cada vez más competitivo.