Honduras y El Salvador tienen la mayor incidencia de pobreza multidimensional en América Latina, con más de la mitad de la población viviendo en carencias, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
La medición de la pobreza multidimensional es más compleja pues evalúa diferentes dimensiones para determinar el nivel de bienestar y pobreza de una familia, como acceso a educación, servicios de salud, tipo de vivienda, cotización de pensión, seguridad o empleo, mientras que la metodología monetaria solo considera que una persona es pobre si no puede comprar la canasta de alimentos.
Sin embargo, la inclusión de la metodología, promovida por la CEPAL desde 1980, no ha sido homogénea en la región, por lo que resulta difícil comparar. De esa manera, la CEPAL propone un índice de pobreza multidimensional comparado en diferentes años, donde Honduras figura como el país latinoamericano con mayor incidencia, en hasta un 71.6 % con datos a 2019.
El Salvador ocupa el segundo lugar, con una incidencia de pobreza de un 56.4 % en 2022, seguido de Paraguay, con un 47.6 %.
De Centroamérica, Costa Rica y Panamá también tienen mediciones multidimensionales, donde Costa Rica tuvo la menor incidencia con un 7.6 % y fue el tercero con la tasa más baja de América Latina, solo superado por Uruguay (5.7 %) y Chile (2.6 %).
Panamá, en tanto, tiene una incidencia de un 21.9 %.
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— CEPAL (@cepal_onu) April 2, 2025
“Alrededor de 2022, esa incidencia superaba el 45 % en Honduras, El Salvador, el Paraguay y el Estado Plurinacional de Bolivia. La incidencia más baja se registraba en Costa Rica, Uruguay y Chile, donde no superaba el 10 %”, añade la CEPAL.
Zonas rurales, las más pobres
La agencia de Naciones Unidas ofrece una medición ampliada de la pobreza multidimensional entre 2008 y 2022 por zona urbana y rural, un capítulo en el cual destaca que Bolivia, Honduras y El Salvador mostraron las menores reducciones en la región rural, frente a Costa Rica, Panamá, Chile y Uruguay que disminuyeron menos en lo rural en términos absolutos.
Las zonas rurales de Centroamérica se caracterizan por tener las mayores barreras en el acceso a servicios básicos, un sistema educativo precario y condiciones de vivienda más vulnerables en comparación con la región urbana.
Según el historial de la CEPAL, Costa Rica tenía una incidencia de pobreza en la zona rural de 40 % en 2008 y disminuyó a menos del 15 % en 2022, mientras que en la región urbana pasó de un 19 % a cerca del 5 %.
En el caso de El Salvador, la pobreza multidimensional superaba el 90 % en la zona rural en 2008 y disminuyó a 80 % en 2022, frente a una reducción del 60 % a 40 % en la región urbana.
Honduras mostró menos avance, ya que la incidencia de la pobreza multidimensional se mantuvo por arriba del 90 % en la última década para los hogares rurales, mientras que en la zona urbana pasó de 65 % a 55 %.
Para Panamá, el comparativo abarca de 2014 a 2022, el cual pasó del 65 % al 50 % en la incidencia de pobreza multidimensional en la zona rural, y en la urbana bajó de cerca del 20 % a 20 %.