Desde el 7 de agosto, Costa Rica enfrenta un desafío económico tras la imposición de un arancel del 15% por parte de Estados Unidos a sus exportaciones, lo cual podría afectar sectores claves como las exportaciones, el turismo y la tasa cambiaria.
Esta medida, parte de la estrategia del presidente Donald Trump para reducir el déficit comercial de su país, ha generado preocupaciones en varios sectores clave de la economía costarricense, incluyendo la inversión extranjera directa (IED).
El anuncio, hecho la semana pasada, sorprendió a las autoridades costarricenses. Expertos académicos, como Leiner Vargas del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe), advierten que esta decisión coloca al país en una posición de vulnerabilidad.
“Trump ha sido claro en su deseo de que los negocios inviertan en EE.UU. y que las cadenas logísticas regresen allá. Esto es peligroso para Costa Rica, cuya inversión extranjera depende esencialmente de los estadounidenses”, explicó Vargas.
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Efectos negativos en el sector turístico
El impacto en el sector turístico no es menos grave. Costa Rica ha experimentado una caída constante en la llegada de visitantes internacionales, con nueve de los últimos diez meses registrando descensos.
Roxana Morales, coordinadora del Observatorio Económico y Social de la UNA, señaló que el incremento arancelario podría afectar el poder adquisitivo de los turistas estadounidenses, principales visitantes del país.
“Muchas familias podrían posponer o cancelar sus vacaciones a Costa Rica”, afirmó Morales.
En cuanto a las exportaciones, aunque los efectos no son inmediatos, los expertos ya anticipan consecuencias negativas.
Según datos del Ministerio de Comercio Exterior (Comex), entre enero y junio de 2025, las exportaciones alcanzaron los $8,990 millones, un aumento de $994 millones respecto al mismo periodo del año anterior.
Sin embargo, si los productos costarricenses se encarecen debido al nuevo arancel, la competitividad del país frente a otras naciones podría verse gravemente afectada.
“Esto podría afectar las exportaciones y, con ello, el empleo y la productividad”, advirtió Morales.
El sector agroexportador es especialmente vulnerable. Productos como el café y el banano, dos de los principales productos agrícolas de Costa Rica, enfrentan la amenaza de perder terreno en el mercado estadounidense.
Competencia con países vecinos
Manuel Tovar, ministro de Comercio Exterior, explicó que el café costarricense será uno de los más perjudicados debido a que países competidores como Guatemala, Honduras y Colombia tienen un arancel preferencial del 10%.
“Esto afectará la competitividad de los productos costarricenses en un mercado donde ya competimos con otros países”, indicó Tovar.
A pesar de la preocupación, Costa Rica ha intensificado sus esfuerzos diplomáticos para revertir la medida.
Tovar también reconoció que las negociaciones aún no han dado resultados positivos. “Nos hemos comunicado con las autoridades estadounidenses para pedir una pausa en la aplicación de este arancel adicional mientras seguimos las negociaciones”, dijo el ministro.
Desventajas frente a otros países
El aumento de los aranceles refleja una política de “arbitrariedad” en la aplicación de tarifas, según Tovar.
En este contexto, Costa Rica enfrenta una desventaja frente a sus competidores cercanos, como México, Honduras y Guatemala, no incluidos en el incremento debido a negociaciones dentro del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
La situación plantea un reto considerable para Costa Rica, que históricamente ha tenido un déficit comercial con Estados Unidos. A pesar de que el país ha logrado revertir ese déficit en los últimos años, la implementación de este arancel aumenta la vulnerabilidad económica.
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Una respuesta a la emergencia económica
Ante esta difícil situación, el gobierno costarricense ha llamado a la calma, pero también a la acción. “Este es un escenario que debe ser atendido con máxima preocupación”, señaló Leiner Vargas, quien subrayó que el impacto de las medidas podría agravarse si otros aranceles adicionales, como los relacionados con semiconductores, entran en vigor.
El gobierno, por su parte, ha instado al sector privado a diversificar mercados y mejorar la competitividad local.
A nivel nacional, se están promoviendo iniciativas como la capacitación de la mano de obra, el fomento del bilingüismo y la liberalización de los costos energéticos para la producción.
A pesar de los esfuerzos diplomáticos y la insistencia del gobierno costarricense en suavizar el impacto de las medidas, las perspectivas económicas a corto plazo siguen siendo inciertas.
El panorama económico del país exige atención urgente para mitigar los efectos de este nuevo escenario arancelario y asegurar la estabilidad de la economía costarricense.