Nicaragua resiste con 10 hombres y amarga el debut de Costa Rica

Los pinoleros empataron 1-1 en Managua con un polémico penal y dejaron a los ticos con sabor a derrota en el arranque de la eliminatoria rumbo a 2026.

En una noche cargada de drama y orgullo, Nicaragua sacó un empate heroico 1-1 ante Costa Rica en el estadio Nacional.

Con un hombre menos desde el minuto 54 y contra todo pronóstico, la Azul y Blanco se levantó de la lona para rescatar un punto que sabe a victoria.

Los ticos controlaron el juego desde el inicio. Con más posesión y con el peso de la historia, Costa Rica parecía encaminada a imponer jerarquía.

La expulsión de Jason Coronel tras revisión del VAR al minuto 54 inclinó todavía más la balanza.

Apenas seis minutos después, Alexis Gamboa cabeceó a la red tras un tiro de esquina y silenció a los miles de aficionados nicaragüenses.

El penal que cambió la historia

Pero la historia no estaba escrita. Al minuto 74, Ariel Arauz cayó derribado en la frontera del área por Juan Pablo Vargas.

El árbitro Marco Ortiz, tras revisión del VAR, señaló el punto penal en una decisión que desató la polémica.

Los ticos protestaron con furia, alegando que la falta fue afuera, pero el juez no cambió su veredicto.

Con los corazones en la garganta, Byron Bonilla tomó el balón y fusiló con un disparo cruzado imposible para Patrick Sequeira.

El estadio explotó en un rugido ensordecedor: Nicaragua estaba viva, con diez hombres y con una fe que ni la adversidad pudo quebrar.

Nicaragua resiste, Costa Rica se lamenta

Los últimos minutos fueron una batalla épica. Costa Rica empujó con todo, pero se topó con la muralla de Marlon López en el medio y las manos firmes de Miguel Rodríguez bajo los tres palos.

Diez minutos de agregado fueron un suplicio para los locales, pero cada despeje y cada barrida fueron celebrados como goles.

El pitazo final se sintió como un triunfo. Nicaragua, con garra y corazón, rescató un empate que se recordará como un símbolo de resistencia.

Costa Rica, en cambio, se marcha con un amargo sabor: tenía todo para ganar y terminó atrapada en una pesadilla de 90 minutos que le recuerda que en Centroamérica ya nadie se rinde fácil

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