La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo dio otro golpe a la vida social del país al confiscar la Liga de Béisbol Profesional Nacional (LBPN), uno de los pocos espacios deportivos independientes que quedaban en Nicaragua.
La medida quedó oficializada en La Gaceta Diario Oficial del 8 de septiembre, que anunció la creación de la Asociación Profesional de Béisbol Nicaragüense (APBN), organismo bajo control directo del régimen.
Con esta jugada, el poder sandinista borró a la LBPN y se apropió del torneo del deporte más emblemático del país.
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De la toma policial al control familiar
La ofensiva empezó el 14 de agosto, cuando la Policía ocupó las oficinas de la liga, hasta entonces dirigida por Pancasán Arce, hijo del excomandante sandinista Bayardo Arce, quien ha sido encarcelado recientemente.
El dirigente deportivo salió al exilio, mientras su padre permanece preso tras caer en desgracia con la dictadura.
Esa salida allanó el terreno para que los hijos de Ortega y Murillo asumieran el control del torneo. Maurice Ortega Murillo, señalado por la dictadura al frente de los deportes, ya domina el canal 13 de televisión y ha sido el anfitrión de figuras internacionales como el entrenador estadounidense Dusty Baker.
Confiscaciones en serie
No es la primera vez que el régimen utiliza este método. De hecho, las confiscaciones son parte del arsenal de armas de represión de la familia dictatorial.
En los últimos años la dictadura confiscó universidades privadas, decenas de empresas, edificios particulares y hasta celebraciones religiosas y concursos de belleza.
El béisbol se suma a una larga lista de espacios arrebatados a la sociedad civil y de negocios y bienes privados.
Una fuente vinculada a la liga explicó oof the record a los medios que el interés de Ortega va más allá de lo económico: “El deporte es un instrumento de propaganda. Sirve para distraer a la gente de la carestía y de la falta de libertades”.
La nueva fachada legal
La resolución oficial describe a la nueva organización APBN como un organismo “sin fines de lucro, de duración indefinida y con domicilio en Managua”.
Fue inscrito bajo la Ley de Organismos Sin Fines de Lucro, la misma que el régimen ha usado para ilegalizar a más de 4.500 ONG.
El nuevo coordinador de la liga será Cristhian Jiménez, un miembro de la Juventud Sandinista originario de Rivas, pero las decisiones estratégicas estarán bajo la órbita de los hijos de Ortega.
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Deporte bajo vigilancia
En Nicaragua, ninguna federación deportiva escapa al control político. El fútbol, baloncesto, natación y boxeo están bajo el mando de Fidel Moreno, otro hombre de confianza del régimen.
Con este movimiento, el béisbol —símbolo nacional y pasión de miles de aficionados— se convierte en un engranaje más del aparato de propaganda oficialista.
La dictadura no solo controla la política y la economía, también extiende su sombra sobre la cultura, la educación, la religión y ahora, hasta sobre el deporte rey de Nicaragua.