El Salvador clasificó a la ronda final de la eliminatoria mundialista de la Concacaf al empatar 1 – 1 en casa contra Surinam, pero mostrando preocupantes deficiencias en la delantera, el medio campo y la zaga.
Los visitantes, que avanzaron en primer lugar del Grupo F con 10 puntos, comenzaron ganando cuando Justin Londwijk anotó al minuto 19.
Brayan Gil respondió por la Selecta en el 32, emparejando el marcador.
En el segundo tiempo, El Salvador fue más deseos que técnica y aunque tuvo algunas oportunidades, volvió a aparecer esa sombra permanente del equipo azul y blanco, de la falta de efectividad para rematar y anotar.
El juego terminó con un banquillo salvadoreño, dirigido por el colombiano Hernán Darío Gómez, el Bolillo, pidiendo la hora, mientras los jugadores estaban arrinconados en su área tratando de evitar el segundo gol de Surinam.
Incluso, en los últimos minutos, los visitantes optaron por no complicarse y a pasar el balón, en una clara intención de terminar con el marcador que no les complicaba en lo absoluto.
La afición salvadoreña tiñó el Estadio Cuscatlán de azul y blanco, como lo sabe hacer cuando juega la Selecta. Sin embargo, las decepciones por el pobre juego de su equipo pasa factura.