La delegación deportiva de Guatemala conformada por unos 193 atletas y que participará en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en junio próximo en San Salvador, no podrá utilizar la bandera del país, un símbolo de orgullo para cualquier participación en un evento deportivo internacional, debido a un conflicto del Comité Olímpico Guatemalteco que está vigente y en el que hasta ha intervenido la Corte de Constitucionalidad.
El 23 de junio, cuando la fiesta deportiva regional inicie con el tradicional desfile olímpico, en el que los países participantes aparecen uno a uno en orden alfabético, la representación chapina no portaría la bandera azul y blanco con el quetzal, pues el tribunal constitucional del país suspendió de forma provisional los estatutos del comité olímpico local, por lo que el Comité Olímpico Internacional (COI) decidió dejar en el aire toda la actividad del ciclo olímpico.
Debido a esto, la participación, aunque se dé, es en condiciones extraordinarias.
Todo comenzó con la elección del presidente del comité deportivo de Guatemala, que fue impugnada y un tema que debería estar resuelto sigue latente, afectando, en resumen, al deporte olímpico local.
“El Comité Olímpico Guatemalteco no podrá operar como Comité Olímpico como lo define la Carta Olímpica; no podrá participar en las actividades de Panam Sports, ni recibir recursos del movimiento olímpico mientras dure la suspensión”, dijo el COI en su momento.

“Debido a que en el 2023 se llevarán a cabo los Juegos Centroamericanos y del Caribe (en San Salvador) y los Juegos Panamericanos Santiago 2023, esperamos que las autoridades de Guatemala logren reunirse y encontrar una solución a esta problemática, para no afectar a los deportistas guatemaltecos en este año fundamental para su participación en los Juegos Olímpicos de París 2024”.
Al problema se suma que el Comité Olímpico Internacional no respaldó la elección de Jorge Rodas como presidente del COG.
La disyuntiva que aparentemente no figura en la lista de temas importantes, pues no ha sido resuelto por la Corte de Constitucionalidad, amenaza la participación guatemalteca en las olimpiadas París 2024.
Esto, según el presidente de la Federación Nacional de Gimnasia, Jorge Rosales, atenta contra una generación de deportistas de alto nivel, la más valiosa de las últimas dos décadas.