Vía Crucis fue realizado en patio de catedral de Managua por la prohibición de la dictadura

Los católicos tuvieron que participar de la procesión del Viernes Santo bajo restricciones, porque el régimen ha prohibido las actividades tradicionales de la Iglesia Católica en público.

Católicos de Nicaragua tuvieron que resignarse a realizar las procesiones del Viernes Santo dentro de los jardines de la catedral metropolitana y no en las calles de la capital, como se acostumbra, debido a la prohibición de la dictadura de las actividades de Semana Santa.

Cientos de creyentes fueron confinados a los recintos del templo, porque la policía de Daniel Ortega vigilaba para que las actividades no se desarrollaran en la vía pública.

A diferencia de lo vivido en el resto de Centroamérica, en Nicaragua, país sometido por Daniel Ortega y su vicepresidenta y mujer, Rosario Murillo, prohíben actividades de la Iglesia Católica, como parte de su permanente campaña de ataque a quienes considera opositores.

El arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo Brenes, después de la limitada procesión con la que se recordó la pasión y muerte de Jesucristo, ofició una eucaristía.

Brenes es señalado por su débil participación en defensa de la Iglesia y, además, de estar cercano a los dictadores.

La prohibición de actividades católicas de Cuaresma, Semana Santa y otras fue prohibida por el régimen desde el año pasado.

La Policía solo autorizó realizar los viacrucis en el interior o en el atrio de las parroquias, pero no en las calles, de acuerdo con la información.

La población católica de Nicaragua es del 58 %.

 

Exit mobile version