Guatemala celebra este domingo la Quema del Diablo, una tradición religiosa y cultural

Aunque en un principio se le consideraba un ritual de purificación religiosa, ahora ha tomado tintes de sátira con piñatas de personajes de la vida política nacional.

La Quema del diablo se realiza cada 7 de diciembre en Guatemala.

Este 7 de diciembre, al atardecer, comunidades en todo Guatemala encienden fogarones como parte de la tradicional Quema del Diablo, una festividad que simboliza la purificación espiritual y marca el inicio del período navideño en Guatemala.

La celebración, profundamente arraigada en la identidad cultural guatemalteca, tiene lugar cada 7 de diciembre y consiste en encender hogueras en calles, patios y plazas. Si bien cada región imprime su propia mística, todas comparten un mismo simbolismo: el triunfo del bien sobre el mal.

La tradición se remonta a la época colonial, cuando los fieles católicos iluminaban las calles la noche previa a la procesión de la Virgen de la Inmaculada Concepción, celebrada el 8 de diciembre. Ante la ausencia de alumbrado eléctrico, las Luminarias de la Virgen —fogatas y antorchas encendidas por vecinos y autoridades— guiaban el paso de las procesiones.

Con el paso del tiempo, esta práctica adquirió un sentido más profundo. Encender fuego frente a los hogares empezó a interpretarse como un acto simbólico de limpieza espiritual, eliminando lo viejo y lo negativo del año que termina.

De rito religioso a expresión popular

Tras la Reforma Liberal de 1871, y la expulsión de órdenes religiosas, la tradición perdió su carácter estrictamente religioso y se popularizó en barrios como Parroquia Vieja, Gerona y el Centro Histórico, zonas por donde pasaban las procesiones de iglesias emblemáticas como la Catedral Metropolitana o la desaparecida Iglesia de Concepción.

Ya en el siglo XX, la introducción de piñatas en forma de diablo, el uso de fuegos artificiales y la incorporación de nuevos materiales como papel, plásticos y ramas secas intensificaron el espectáculo, aunque también generaron preocupación ambiental y riesgos de accidentes.

Imagen de archivo de la Quema del Diablo en Antigua Guatemala.

Piñatas y renovación espiritual

Actualmente, aunque la práctica ha disminuido en áreas urbanas, la elaboración y quema de piñatas ha revitalizado la celebración. Estas figuras —hechas de alambre y papel de china rojo, a menudo cargadas de cohetillos— se prenden fuego como símbolo de destrucción de los males acumulados durante el año, además muchas de las piñatas representan a personajes políticos por lo que toma tintes de sátira.

“La Quema del Diablo representa una preparación espiritual para las festividades decembrinas y un acto colectivo de renovación”, señalan expertos en cultura popular.

A pesar de los cambios y desafíos ambientales, el ritual sigue vigente en muchos hogares guatemaltecos, consolidándose como una de las tradiciones más representativas del país durante el mes de diciembre.

 

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