Obispo nicaragüense exiliado dice que se debe tener audacia para salir de la opresión

El silencio y la indiferencia no son opciones, dijo monseñor Silvio Báez en Miami, donde está exiliado.

El exiliado obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, dijo que aunque los derechos humanos y todas las libertades sean vulneradas, no se puede ni se debe de caer en el conformismo y la indiferencia.

Refiriéndose a un texto bíblico, la “parábola de los talentos”, recordó que que todos los seres humanos “somos valiosos y gozamos del favor de Dios”.

“En sociedades como la nuestra, donde han sido vulnerados todos los derechos y todas las libertades, el silencio temeroso, la complicidad solapada, el volver la cara a otro lado, el miedo a correr riesgos, es enterrar el talento”,

monseñor Silvio Báez.

“No sólo no colabora a construir una nueva convivencia social, sino que nos vuelve mediocres, nos hace ciudadanos fracasados y, al final, nos marchita el corazón. No enterremos el talento, no enterremos la vida y la fe bajo el conformismo y la indiferencia”, agregó.

De acuerdo con monseñor, para lograr un cambio social justo y sostenible, siempre hay terrenos escarpados que se deben de superar, mismos que muchas veces se presentan con múltiples dificultades, porque no se ven soluciones a corto plazo, y en ese largo camino, muchas veces se tiende hasta se normaliza lo que es inhumano e injusto.

“Es una forma moderna de esconder el talento. Las actitudes que nos van a llevar a salir de la opresión y de la injusticia son la audacia, la capacidad de riesgo, la humildad para aunar fuerzas entre todos, la rebeldía espiritual y la búsqueda creativa. Y sobre todo, la apertura a Dios en la oración y la escucha humilde del Espíritu, que conduce la historia la libertad y a la verdad”, expresó Báez.

También advirtió “pobre de nosotros si vivimos con miedo, pues corremos el riesgo de equivocarnos todo en la vida. Dominados por el miedo podemos acabar negando a Jesús, silenciando el Evangelio y abandonando a la Iglesia. Jesús nos imagina dispuestos a correr riesgos y superar dificultades para colaborar activamente para que el mundo sea más dichoso y la Iglesia más servidora y profética”.

 

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