Católicos de Centroamérica se unen en jornada de oración por Nicaragua en medio de la persecución religiosa

En una jornada marcada por la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, las iglesias católicas de Centroamérica se unieron este 8 de diciembre en una jornada de oración por el pueblo de Nicaragua, sometido a una intensa persecución bajo la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

La iniciativa, impulsada por el Secretariado Episcopal de Centroamérica (SEDAC), fue respaldada por el propio papa Francisco, quien dedicó un mensaje especial a los fieles nicaragüenses.

“Expresemos nuestra profunda solidaridad con el pueblo de Dios en Nicaragua”, declararon los obispos de la región en una carta conjunta.

El papa Francisco, desde la Plaza de San Pedro, destacó la importancia de esta jornada, invitando a los fieles a “seguir por el camino del diálogo respetuoso y constructivo para promover la paz”.

Un grito de esperanza para Nicaragua

La jornada de oración coincidió con la tradicional festividad de “La Purísima”, una de las celebraciones más arraigadas en la fe católica de los nicaragüenses.

En este contexto, líderes como monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua exiliado en Estados Unidos, agradecieron la iniciativa desde sus redes sociales: “Me uno de corazón a esta plegaria e invito a los nicaragüenses a elevar su corazón a Dios orando por nuestra sufrida patria”.

Persecución religiosa y crisis de derechos humanos

El clamor por Nicaragua tiene como telón de fondo una brutal campaña de represión por parte del régimen Ortega-Murillo.

Más de 200 líderes religiosos han sido expulsados, incluidos tres obispos, mientras que Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa, permanece encarcelado tras ser condenado a 26 años de prisión.

El Vaticano ha denunciado en múltiples ocasiones estos abusos. Recientemente, el Secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, criticó la falta de respeto hacia la Iglesia en Nicaragua, mientras que el papa Francisco ha emitido dos pronunciamientos en menos de dos semanas, mostrando su preocupación por la situación del país.

Solidaridad regional y global

Desde Panamá hasta Guatemala, las conferencias episcopales organizaron misas, rosarios y adoraciones eucarísticas para unirse al llamado de oración.

En Panamá, la Conferencia Episcopal destacó que esta iniciativa es “una expresión de amor y solidaridad”, mientras que en Honduras los fieles están convocados a misas en honor a la Virgen.

“Que la Madre celestial sea para ellos consuelo en las dificultades e incertidumbres”, dijo el papa Francisco, destacando el papel de la Virgen como símbolo de fe y esperanza para los nicaragüenses.

Un llamado a la unidad

La jornada de oración por Nicaragua se convierte en un símbolo de unidad y resistencia frente a la opresión, recordando a los fieles que, incluso en las circunstancias más difíciles, la fe puede ser un faro de esperanza.

Como lo expresó el papa Francisco: “Que todos los corazones se abran al diálogo y la fraternidad”.

La Iglesia Católica, tanto en Nicaragua como en el extranjero, continúa alzando su voz en favor de la justicia y la libertad, reafirmando su compromiso con un pueblo que enfrenta una de las mayores crisis políticas y sociales de su historia reciente.

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