Presidente del Congreso de Honduras dice que al oficialismo solo le faltan cuatro votos para aprobar la polémica Ley de Justicia Tributaria

Según el oficialista Luis Redondo, Libertad y Refundación (Libre) tiene 61 votos para darle luz verde al “paquetazo”, lo que, de ser cierto, habrían asegurado diputados opositores para que les respaldaran.

Luis Redondo, presidente del Congreso de Honduras.

El presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, aseguró este viernes que la polémica Ley de Justicia Tributaria o paquetazo, como lo ha calificado el sector privado, está cerca de ser aprobada, ya que, según él, solo faltan cuatro votos para alcanzar la mayoría necesaria en el pleno legislativo.

“Me hacen falta cuatro votos para la Ley de Justicia Tributaria, y la aprobamos. Lo vamos a aprobar”, declaró Redondo tras recibir un reconocimiento por parte de la Secretaría de Asuntos de la Mujer.

Libertad y Refundación, el partido oficialista, tiene 41 diputados y se requieren 65 votos para aprobar la legislación.

Las declaraciones del titular del Legislativo reflejan el intenso proceso de cabildeo político que se lleva a cabo dentro del Congreso, mientras la iniciativa se encuentra en su tercer y último debate. Redondo reconoció que el proceso requiere negociaciones: “En los dos primeros momentos hay muchas posibilidades, pero hay que seguir cabildeando”, añadió.

Un proyecto rodeado de polémica

La propuesta ha generado división y preocupación en distintos sectores. Mientras el Gobierno defiende que busca una reforma más justa del sistema tributario y la eliminación de exoneraciones abusivas, empresarios, analistas y organizaciones sociales temen que la medida derive en un aumento del costo de vida, especialmente sobre productos de la canasta básica.

Críticos también han señalado la falta de transparencia en el proceso, debido a la limitada socialización del contenido del proyecto y a la ausencia de consensos amplios con la ciudadanía y sectores productivos.

A pesar de que Redondo advierte que la ley podría aprobarse “en cualquier momento”, la incertidumbre persiste tanto dentro del Congreso como entre la población, en un clima político donde el debate técnico parece estar siendo desplazado por acuerdos políticos reservados.

La expectativa crece en torno a los próximos pasos legislativos, mientras distintos actores insisten en que cualquier reforma fiscal debe ser ampliamente debatida y construida con base en el interés colectivo, no en aritmética parlamentaria.

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