Presidente de Costa Rica confronta a los otros poderes del Estado en tenso informe ante la Asamblea Legislativa

Rodrigo Chaves llegó al legislativo con las espadas afiladas y criticó a diputados, al poder judicial y a sus opositores, al rendir su informe anual.

El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves Robles, compareció este lunes 5 de mayo ante la Asamblea Legislativa para rendir su informe anual, en una sesión marcada por descalificaciones hacia los diputados, críticas a otros poderes del Estado y una inédita advertencia: “Esta será la última vez que yo venga a este recinto como presidente de la República”.

Chaves llegó masticando goma de mascar y flanqueado por un numeroso grupo de ministros y funcionarios que lo ovacionaban en cada intervención, adoptada con un tono desafiante y cargado de desprecio.

Afuera del Congreso, simpatizantes organizados por Casa Presidencial instalaron parlantes, mantas y música para respaldarlo, mientras en redes sociales seguidores afines y troles intensificaban campañas de insultos contra el Legislativo, el Poder Judicial y otras instituciones.

Durante su discurso, Chaves acusó al Congreso de actuar como “oposición destructiva” y de obstaculizar sus proyectos, a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia de ser “parte de un sistema que hay que cambiar” y a las autoridades de órganos autónomos de responder a “intereses corporativos”.

“No me verán regresando a perder el tiempo ante un grupo de personas que no representan la voluntad popular”, expresó, en una crítica directa a los diputados, a quienes reprochó falta de cooperación.

Movilización de simpatizantes de Rodrigo Chaves, presidente de Costa Rica, en las afueras de la Asamblea.

No obstante, la Constitución Política de Costa Rica establece la obligación del presidente de rendir un informe final al concluir su mandato.

El mandatario, quien llegó al poder en 2022 bajo la bandera del Partido Progreso Social Democrático, ha mantenido una constante confrontación con los otros poderes.

En su gestión ha protagonizado disputas con la Contraloría General de la República, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), la Sala Constitucional, el Ministerio Público, el Consejo de Rectores, el Ministerio de Seguridad Pública, el Organismo de Investigación Judicial, los sindicatos, organizaciones de derechos de la diversidad sexual, sociedad civil, ambientalistas y contra la Defensoría de los Habitantes, además de tensas relaciones con buena parte de los diputados de oposición.

Chaves reivindicó en su informe logros como la estabilidad macroeconómica, la contención del déficit fiscal, el incremento de reservas monetarias y la reducción del desempleo.

Sin embargo, omitió mencionar el deterioro en materia de seguridad, donde el país alcanzó en 2023 su tasa de homicidios más alta en la historia reciente, con 17,2 asesinatos por cada 100.000 habitantes, así como los problemas persistentes de desigualdad, pobreza y encarecimiento del costo de vida.

Costa Rica, que tradicionalmente ha sido vista como uno de los países más estables de América Latina, enfrenta hoy crecientes niveles de inseguridad ciudadana, conflictos sociales y crisis de acceso a la vivienda.

Además, según datos recientes de plataformas de análisis de costos como Numbeo y Expatistan, es considerado el país más caro para vivir de toda América Latina, superando incluso a Chile y Uruguay, lo cual evidencia una desigualdad social en cuanto a la capacidad adquisitiva de la sociedad costarricense.

En el plano judicial, el presidente enfrenta numerosas denuncias ante el Ministerio Público y la Procuraduría de la Ética Pública por presuntos abusos de poder, uso indebido de fondos públicos para financiar propaganda estatal y persecución de funcionarios críticos.

Una de las más recientes es la investigación sobre el presunto uso irregular de estructuras paralelas de comunicación en Casa Presidencial.

La jornada en la Asamblea fue descrita como “tensa y desbordada” por analistas locales. Tras su discurso, que duró alrededor de 45 minutos, Chaves abandonó el recinto sin atender a los medios de comunicación ni saludar a autoridades de los otros poderes del Estado.

Desde la oposición, el jefe de fracción del Partido Liberación Nacional, Óscar Izquierdo, lamentó la actitud del presidente, afirmando que “no vino a rendir cuentas, vino a insultar”. Otros legisladores de distintas bancadas calificaron la sesión como “un acto de confrontación irresponsable” que “socava el respeto institucional”.

Diputados de diferentes bancadas alzaron pancartas señalando los abusos a Chaves, otros abuchearon y algunos le dieron la espalda en señal de protesta.

Chaves ha mantenido un discurso de “lucha contra la corrupción” y “gobierno para el pueblo”, discurso que ha sido central en su estilo de gestión, pero también ha sido cuestionado por sus constantes ataques a la prensa, las instituciones independientes y los mecanismos de control democrático.

Con su anuncio de no volver a comparecer ante la Asamblea, Rodrigo Chaves abre un nuevo capítulo de tensión institucional en un país que atraviesa un momento de creciente incertidumbre económica, deterioro social y polarización política.

El mandato de Chaves concluye en mayo de 2026, y aunque sus índices de popularidad se mantienen relativamente altos en ciertos sectores, su enfrentamiento con los otros poderes, las denuncias pendientes y la difícil coyuntura interna podrían marcar el rumbo final de su administración.

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