No es la primera vez que ocurre, pero sí es la primera ocasión que la autoridad del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer de Naciones Unidas cuestiona la actitud “vulgar y altanera” de la delegada de la dictadura de Nicaragua, Rosalía Concepción Bohórquez Palacios.
Aunque el incidente que generó el reclamo ocurrió el pasado lunes en la sede de Naciones Unidas en Ginebra, Suiza, el comunicado de rechazo se publicó este 25 de octubre.
Tras oír las ya numerosas y constantes críticas de los delegados de países miembros sobre los derechos humanos de los nicaragüenses bajo la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, esta vez en materia de derechos de las mujeres, la delegada del régimen leyó cancaneando un discurso de rechazo y luego se levantó del foro dándole la espalda a la Presidenta del Comité Ana Peláez.
El Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer calificó en un comunicado de “comportamiento inaceptable” la actitud de Bohórquez.
La representante de la dictadura no es diplomática ni de estudios ni de carrera, pero ascendió al cargo por su papel como vicepresidenta de la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN), brazo político y represivo del régimen en las universidades públicas.
Ella estudió Idiomas en la UNAN Managua y estudiaba derecho como segunda Carrera cuando fue premiada con el cargo.
Desde entonces, en el foro no debate no argumenta nada, se limita a exigir respeto para el dictador Ortega y su régimen de terror y represión.
El pasado lunes Bohórquez dejó la sala de reuniones cuando la presidenta del comité, la española Ana Peláez, manifestaba su “decepción” y abría el turno de palabra para otros representantes en la sesión.
“Deploramos este comportamiento inaceptable y lamentamos profundamente que la Embajadora decidiera no interactuar con los miembros del comité en el examen”, indicó Peláez en el comunicado.
“Es una lástima que Nicaragua desaprovechara la oportunidad para el intercambio, aunque de forma limitada, con el comité”, agregó la presidenta, afirmando que ello beneficiaría “a todas las mujeres y niñas” del país centroamericano.
El comité señaló que el último diálogo constructivo que ha podido mantener con las autoridades nicaragüenses se remonta a hace 16 años, justamente cuando la Dictadura iniciaba su régimen de control familiar.
Durante los meses previos a la sesión del lunes, el régimen de Nicaragua “no respondió a ninguna correspondencia del Comité ni envió una delegación oficial del Estado”, por lo que se decidió examinar la situación de Nicaragua en ausencia de tal delegación.
El comité vela por el cumplimiento de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, en vigor desde 1981, y Nicaragua, como todos los 189 Estados parte, está obligada a someterse periódicamente a exámenes ante este órgano para analizar su cumplimiento de ese marco jurídico internacional