Los obispos de la región centroamericana —Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala— se congregaron del 24 al 28 de noviembre en la Asamblea del Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC) para analizar la situación pastoral y social de sus países. En su mensaje final, exhortaron a fortalecer la democracia, consolidar la paz y garantizar la dignidad de todas las personas.
En el contexto del Adviento y la clausura del Año Jubilar, los prelados advirtieron que la región enfrenta una encrucijada marcada por la pobreza, la violencia, la migración forzada y la debilidad institucional, por lo que es urgente actuar con responsabilidad. “Cristo es nuestra esperanza que no defrauda”, recordaron en su declaración.
La Asamblea coincidió con la conmemoración de los 1.700 años del Concilio de Nicea, momento que los obispos aprovecharon para subrayar que la fe auténtica se renueva con compromiso social, defendiendo la vida y la dignidad en contextos de exclusión y desigualdad.
Uno de los ejes centrales fue la defensa de la democracia. El SEDAC llamó a frenar prácticas que socavan los procesos democráticos y la participación ciudadana. “No habrá renovación sin instituciones confiables y justicia social que ponga a la persona en el centro”, señalaron.
En otro mensaje contundente, los obispos alertaron sobre la devastación ambiental causada por actividades extractivistas, denunciando cómo estas destruyen territorios, contaminan fuentes de agua y desplazan comunidades. Hicieron eco de las denuncias presentadas por la Red Ecológica Mesoamericana (REMAM) y lamentaron el aumento de líderes ambientales perseguidos o asesinados.
Asimismo, hicieron un llamado a escuchar el clamor de la tierra y de los pueblos, asegurando que cuidar la Casa Común es una tarea urgente desde la ética cristiana.
“La explotación indiscriminada de los recursos naturales deja una estela de despojo y muerte que no puede ignorarse”, expresaron.
Los jóvenes también fueron protagonistas del encuentro. Los obispos reafirmaron su compromiso con la pastoral juvenil, la educación católica y la vocación sacerdotal, destacando que el futuro de Centroamérica depende de brindar oportunidades reales a las nuevas generaciones.
La migración forzada fue otro tema clave abordado. Valoraron el trabajo de la Red CLAMOR y reafirmaron el compromiso de la Iglesia con los migrantes internos y externos.
“La migración es reflejo de las fallas estructurales que debemos corregir con políticas integrales y solidarias”, aseguraron.
Durante la Asamblea, los obispos compartieron percepciones pastorales y sociales sobre sus realidades nacionales. Monseñor Jenry Ruiz, de Trujillo (Honduras), recordó que problemas como la violencia, el narcotráfico y la corrupción atraviesan todo el istmo, por lo que “solo una Centroamérica unida podrá discernir caminos comunes”.
Finalmente, los obispos del SEDAC reiteraron su compromiso con una Iglesia sinodal, cercana y profética, centrada en la escucha y el discernimiento. Confiaron a María, madre de esperanza, la misión de acompañar a los pueblos centroamericanos en su camino de fe, justicia y dignidad.







