El último informe de FLED denuncia que 730 agresiones contra mujeres periodistas en Nicaragua entre 2018 y 2025 reflejan una campaña sostenida de represión.
La investigación titulada “Estado situacional de mujeres periodistas nicaragüenses” revela que las agresiones no son incidentes aislados, sino parte de una estrategia de control que mezcla violencia física, psicológica, sexualizada, digital, vigilancia constante, criminalización y exilio.
Un dato alarmante: de las mujeres periodistas que buscaron atención clínica, ocho de cada diez denunciaron haber sufrido violencia sexual. Esta modalidad incluye amenazas explícitas, hostigamiento, acoso y violencias con impacto físico y emocional.
El mecanismo de intimidación también apunta a sus familias: amenazas sobre sus hijos, amenazas de muerte o referencias explícitas al hogar de la periodista han sido reportadas como tácticas para silenciar.
Además, el informe alerta que gran parte del país se ha convertido en un “desierto informativo”: cerca del 65 % del territorio nicaragüense carece de medios independientes, producto del cierre de plataformas, exilio forzado y confiscaciones.
El hostigamiento ha provocado una hemorragia de talento: más de 300 periodistas, una proporción significativa mujeres, han abandonado el país desde 2018, escapando del acoso, amenazas y riesgos crecientes.
Para FLED, la magnitud de esta crisis exige una “respuesta coordinada y multidimensional”: la protección internacional, el respaldo institucional, redes de apoyo para exiliadas y la visibilización de estos casos son urgentes.
