Honduras: Denuncias, audios y acusaciones de espionaje agitan el panorama electoral a 38 días de los comicios

Como si se tratara del guion repetido de una tragi-novela que regresa cada cuatro años, Honduras enfrenta un nuevo episodio de tensión política. El consejero electoral Marlon Ochoa, representante del oficialismo, denunció ante el Ministerio Público un presunto complot para desestabilizar el proceso electoral, en el que estaría implicada una de sus colegas del Consejo Nacional Electoral (CNE). Las pruebas presentadas son audios de conversaciones telefónicas obtenidos, según se sospecha, de forma irregular.

Marlon Ochoa, representante del oficialista partido Libre ante el Consejo Nacional Electoral de Honduras, a su llegada al Ministerio Público para denunciar un presunto complot en contra de las elecciones.

Honduras vuelve a vivir un momento de tensión política a 38 días de las elecciones generales. Las denuncias del consejero del Consejo Nacional Electoral (CNE), Marlon Ochoa, sobre un supuesto complot para desestabilizar el proceso electoral, han encendido una tormenta de acusaciones cruzadas. Además, han generado sospechas de espionaje y divisiones dentro del mismo órgano electoral.

El país entra nuevamente en una dinámica de confrontación donde las líneas entre lo institucional y lo partidario se difuminan. Mientras tanto, el ambiente político se recalienta con el paso de las horas.

Las denuncias de Marlon Ochoa ante el Ministerio Público

El consejero Ochoa acudió al Ministerio Público (MP) para denunciar un presunto plan destinado a “generar una crisis poselectoral” en Honduras. Según explicó, la denuncia se basa en 24 audios que revelarían conversaciones entre una consejera del CNE y un jefe de bancada del Congreso Nacional. También involucran miembros de las Fuerzas Armadas.

En dichas grabaciones —según Ochoa— se planearía una estrategia para desacreditar los resultados electorales, provocar inestabilidad política y poner en duda la legitimidad del proceso. Entre los delitos mencionados figuran sedición, traición, asociación ilícita, conspiración, tráfico de influencias y amenazas electorales.

El funcionario dijo que entregó el material al MP para su investigación, aunque evitó precisar cómo obtuvo los audios. “El Ministerio Público debe actuar con transparencia y energía para desarticular esta conspiración”, afirmó.

El apoyo político de Luis Redondo y las reacciones del Congreso

El presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, reaccionó rápidamente y manifestó su respaldo público a Marlon Ochoa. A través de un mensaje en redes sociales, instó a las autoridades civiles y militares a investigar con carácter de “seguridad nacional” lo denunciado, argumentando que se intenta atentar contra la voluntad popular y el Estado de Derecho.

Sin embargo, su pronunciamiento puede interpretarse como una posición partidaria más que institucional. Aunque en Honduras esto no sorprende, rompe lo que debería ser el equilibrio que se espera de un poder del Estado en un proceso electoral delicado.

Espionaje, ilegalidad y controversia jurídica

Las reacciones no se hicieron esperar. La diputada liberal Maribel Espinoza calificó la actuación de Ochoa como un posible “espionaje político”, advirtiendo que la intervención de llamadas sin orden judicial constituye un delito.

“Si le intervinieron las comunicaciones a una consejera, eso es ilegal”, subrayó. En la misma línea, el político Mario Rivera, consideró que la denuncia podría implicar la comisión de delitos graves, mientras que Nelson Ávila, aspirante del Partido Innovación y Unidad (PINU), pidió al Ministerio Público investigar cómo se obtuvieron los audios antes de validar su contenido.

Por su parte, la consejera Cossette López —presuntamente una de las mencionadas en las grabaciones— advirtió que Ochoa podría estar incurriendo en violación de comunicaciones privadas, por lo que solicitó formalmente una investigación al MP.

Una crisis que recuerda viejos fantasmas electorales

Las denuncias de Ochoa evocan episodios anteriores de inestabilidad electoral en Honduras. En sus declaraciones, el consejero comparó la situación actual con los comicios de 2009, 2013 y 2017. Esos años estuvieron marcados por conflictos, fraudes y cuestionamientos internacionales.

Ochoa también advirtió sobre posibles intentos de manipular la transmisión de resultados a través de empresas privadas encargadas de los canales de datos del sistema electoral. Según dijo, algunos actores políticos buscan “instrumentalizar el transporte de materiales y desestabilizar los centros de datos”.

El empresario Eduardo Facussé, expresidente de la Cámara de Comercio e Industria de Cortés, incluso bromeó sobre el contenido de la USB que Ochoa mostró. Dijo que contenía los audios obtenidos de manera “extraña”.

“Penso que en ese USB lo único que había era una canción de Bad Bunny o de Taylor Swift”, publicó en su cuenta en X.

A 38 días de las elecciones: un clima político en ebullición

A menos de 6 semanas de las elecciones generales, Honduras se encuentra nuevamente en un escenario de alta tensión política. Las acusaciones cruzadas entre miembros del Consejo Nacional Electoral, las advertencias de espionaje y el respaldo explícito de figuras del Congreso alimentan una narrativa de desconfianza que amenaza la estabilidad del proceso.

Mientras tanto, el Ministerio Público guarda silencio sobre la denuncia. Los partidos políticos opositores exigen claridad y garantías de imparcialidad. En este contexto, las redes sociales amplifican los rumores y los audios filtrados. Esta situación genera un clima de incertidumbre que podría influir en la percepción ciudadana.

Honduras, nuevamente, vive una campaña donde la sombra de la sospecha se cierne sobre las urnas antes de que siquiera se abran.

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