Ana García, esposa del expresidente Juan Orlando Hernández, afirmó que confía en que un eventual triunfo del Partido Nacional abrirá la puerta para el regreso de su esposo a Honduras. En una entrevista con Reuters, sostuvo que la seguridad del exmandatario depende del cambio de gobierno. También defendió su inocencia en el caso por narcotráfico por el que fue extraditado y condenado en Estados Unidos.
García explicó que, tras las decisiones tomadas por Hernández durante su presidencia, y por los testimonios de narcotraficantes utilizados en su juicio, hoy no existen garantías para que él pueda moverse libremente en el país. Aseguró que “no es el momento adecuado” para que retorne. Esto se debe a los riesgos que —según dijo— persisten para su integridad.
La esposa del exmandatario insistió en que el panorama cambiaría “a partir del próximo año”. Con un nuevo gobierno hondureño que, según ella, será del Partido Nacional. Señaló que la campaña del partido mantiene resultados favorables y que eso abriría “las condiciones” para un eventual retorno.
“A partir del próximo año, con un nuevo gobierno —que estamos seguros será del Partido Nacional— creemos que veremos surgir las condiciones para que Juan Orlando pueda regresar.”
García calificó el juicio en Estados Unidos como “injusto y sin pruebas”, reiterando que la acusación se basó exclusivamente en declaraciones de narcotraficantes confesos que buscaban beneficios judiciales. También afirmó que, si en Honduras surgiera algún proceso penal, está dispuesta a enfrentarlo, destacando que nunca dejó el país tras la detención de Hernández.
La exprimera dama mostró la carta de indulto firmada por Donald Trump y defendió la decisión del presidente estadounidense. Dijo que su intervención buscó “proteger la democracia en Honduras”. Además, evitar mayor influencia de gobiernos como los de Cuba y Venezuela en la región.
Sobre el impacto político del indulto, García reconoció que generó repercusiones en Honduras, pero afirmó que responde a la preocupación de Trump por la situación del país y por cómo esta puede afectar a Estados Unidos.
“Fue un juicio injusto, sin pruebas. Todo se basó en testimonios de narcotraficantes confesos que buscaban venganza y salir de la cárcel.”
Hernández salió de prisión el 1 de diciembre tras recibir el indulto presidencial. Fue condenado en 2024 por aceptar sobornos a cambio de proteger cargamentos de cocaína hacia Estados Unidos. Sin embargo, él siempre negó estas acusaciones. Tras su excarcelación, su retorno a Honduras permanece en suspenso.
El proceso electoral hondureño continúa mientras el Partido Nacional disputa palmo a palmo los resultados con el Partido Liberal. El futuro político del país, y el eventual regreso del exmandatario, ahora dependen del desenlace de esta contienda.
