Entre banderas y clamor de justicia, sepultan en Costa Rica a exmilitar nicaragüense exiliado

Roberto Samcam, un fuerte crítico de la dictadura de Daniel Ortega, fue sepultado este domingo. El disidente fue asesinado a tiros en San José, en un ataque que, se presume, fue ordenado en Nicaragua.

El féretro de Roberto Samcam, el militar retirado y crítico de la dictadura de su país, tenía la bandera de Nicaragua y la de Costa Rica.

Bajo un cielo gris y el coro de consignas que exigían justicia, fue sepultado este domingo en San José, Costa Rica, el mayor en retiro del Ejército de Nicaragua, Roberto Samcam, un férreo opositor al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, asesinado el pasado jueves en su residencia en Moravia, al norte de la capital costarricense.

Una misa de cuerpo presente y el posterior entierro, cargado de simbolismo y solemnidad, congregó a familiares, amigos y figuras del exilio nicaragüense.

El sepelio tuvo lugar en el cementerio Obrero, en el mausoleo de la Casa España, donde fue depositado el féretro cubierto con las banderas de Nicaragua, España y Costa Rica.

En 2023, Samcam fue despojado de su nacionalidad nicaragüense por el régimen Ortega Murillo y posteriormente adoptado como ciudadano español. Costa Rica, que lo acogió como exiliado en 2018, fue el país donde vivió sus últimos años denunciando las violaciones a los derechos humanos en su país natal.

La ceremonia religiosa se celebró en la capilla de las Ánimas de San José, presidida por el padre dominico Rafael Aragón, quien durante la homilía condenó el crimen con palabras directas y emotivas.“La vida de Roberto Samcam no termina con su muerte. Se une al clamor de tantos inocentes pidiendo justicia para los asesinados en 2018”, afirmó el sacerdote. “Fue perseguido por causa de la justicia, calumniado, exiliado y asesinado por manos cobardes que creen que silenciar su voz es apagar la verdad”, añadió.

El religioso llamó a los presentes a no abandonar el compromiso con la verdad y la justicia. “No basta con llorar su muerte. Es tiempo de unirnos en favor del pueblo y mantener viva la voz de Roberto Samcam”, expresó ante una iglesia resguardada por un fuerte dispositivo de seguridad, que incluyó patrullas de la Fuerza Pública costarricense y agentes de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS).

Un crimen con resonancia política

Samcam, de 66 años, fue asesinado la mañana del 19 de junio por hombres armados que ingresaron a su residencial en Moravia, donde no había servicio de seguridad.
El crimen fue perpetrado con al menos ocho disparos a quemarropa. La brutalidad del ataque y su perfil como crítico del régimen han despertado la indignación de opositores y organizaciones de derechos humanos.

Durante la misa y el cortejo fúnebre, múltiples voces clamaron justicia. Familiares y dirigentes políticos del exilio pidieron al gobierno de Costa Rica aceptar la colaboración ofrecida por Estados Unidos para esclarecer el asesinato.
También solicitaron la participación del gobierno de España, dado que Samcam contaba con nacionalidad española al momento de su muerte.

Un legado incómodo para el poder

Samcam fue uno de los primeros militares en denunciar públicamente la participación del Ejército de Nicaragua en la represión violenta contra manifestantes durante las protestas de abril de 2018.

En sus columnas, entrevistas y libros —entre ellos El Ejército de Ortega—, desnudó la estructura represiva del aparato estatal y el rol de las fuerzas armadas en la consolidación del poder autoritario en Nicaragua.

Su condición de exoficial sandinista que rompió con el régimen lo convirtió en una figura incómoda para el poder. Desde su exilio en Costa Rica, se convirtió en analista político, asesor de organizaciones de derechos humanos y voz recurrente en medios independientes.

En 2023, su nombre apareció en la lista de 317 personas desnacionalizadas por el régimen Ortega Murillo, una medida que ha sido calificada por expertos como crimen de lesa humanidad, al dejar en condición de apátrida a cientos de críticos, defensores de derechos humanos y periodistas.

Una despedida bajo el himno nacional

El cortejo fúnebre fue acompañado por decenas de exiliados que, a pesar del temor por su seguridad, decidieron asistir para rendir tributo a Samcam. Entre los asistentes figuraron reconocidos opositores como Luciano García, Óscar René Vargas, Rafael Solís, Luis Carrión, Gonzalo Carrión, Ricardo Baltodano, Haydee Castillo, Eliseo Núñez, Sofía Montenegro y Azahálea Solís, entre otros.

En el momento final del entierro, mientras el féretro era bajado a tierra, los asistentes entonaron con fuerza el Himno Nacional de Nicaragua, un gesto de resistencia y memoria frente a la violencia que lo arrebató.

Roberto Samcam descansa ahora en tierra costarricense, bajo las banderas que marcaron su vida en el exilio.

Para muchos, su asesinato confirma el alcance transnacional de la represión de la familia dictatorial Ortega Murillo, pero también fortalece el compromiso de quienes, como él, no dejaron de denunciar la injusticia.

“Su voz no será silenciada —dijo el padre Aragón—, porque la verdad que defendió continúa viva en el corazón del pueblo”.

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