Vicepresidente de El Salvador respalda medidas disciplinarias en escuelas pese a críticas por militarización

El vicepresidente salvadoreño, Félix Ulloa, defendió la imposición de estrictas normas escolares bajo la gestión de Karla Trigueros, una capitana y doctora convertida en ministra de Educación. La decisión ha provocado críticas por parte de sindicatos y organizaciones de derechos humanos, que advierten sobre un posible retorno a prácticas autoritarias en el sistema educativo.

Félix Ulloa, vicepresidente de El Salvador.

El vicepresidente de El Salvador, Félix Ulloa, respaldó públicamente la implementación de normas estrictas de disciplina en los centros educativos, impuestas por la nueva ministra de Educación, Karla Trigueros.

Durante una entrevista en el programa Diálogo 21, Ulloa explicó que estas reglas cívicas no pudieron establecerse antes debido al control que ejercían las pandillas en las escuelas.

Seguridad permitió reformas educativas, afirma Ulloa

Ulloa destacó que el Plan Control Territorial, junto con otras medidas de seguridad adoptadas por el gobierno de Nayib Bukele, ha permitido recuperar espacios antes dominados por la violencia. “Hemos cumplido 1,000 días sin homicidios. Esa transformación también se refleja en los centros escolares”, declaró el vicepresidente.

Según Ulloa, el nuevo ambiente de seguridad ha abierto la puerta para aplicar normas que buscan promover valores cívicos en los estudiantes.

“Las nuevas reglas en nuestros centros educativos son normas básicas cívicas que siempre deberíanl haber estado presentes”, afirmó.

Nuevas reglas: limpieza, respeto y orden

Las medidas impulsadas por el Ministerio de Educación incluyen:

Estas normas, según el gobierno, buscan restablecer el orden y la disciplina en las escuelas públicas.

Críticas por posible militarización de la educación

El nombramiento de Karla Trigueros, capitana militar y médica sin experiencia previa en el sector educativo, ha generado controversia. Diversos sectores, incluyendo sindicatos docentes y organizaciones de derechos humanos, han expresado su preocupación por lo que consideran un retroceso a prácticas del pasado militarista en El Salvador.

Sin embargo, también ha generado respaldos de parte de un importante de la sociedad, como asociaciones de colegios privados y la principal gremial de maestros del país.

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