Disturbios en el Congreso de Honduras: Libre y liberales se acusan mutuamente de incitar violencia tras protesta

Jorge Cálix, diputado liberal de Honduras, forcejea con agentes de seguridad en el Congreso Nacional de Honduras.

La jornada política del miércoles en Honduras estuvo marcada por graves disturbios frente a la sede del Congreso Nacional, en una jornada que se ha convertido en una nueva batalla de acusaciones entre el oficialismo y la oposición liberal.

Por un lado, Salvador Nasralla, candidato presidencial del Partido Liberal, denunció lo que calificó como una “agresión cobarde” del oficialismo contra simpatizantes liberales que se manifestaban en favor de elecciones libres. “Hoy mancharon de sangre la bandera del Partido Liberal, y con ella, mancharon también la democracia”, expresó Nasralla a través de redes sociales. Exigió respeto al derecho del pueblo y responsabilizó directamente al partido oficialista Libertad y Refundación (Libre).

En paralelo, el diputado liberal Jorge Cálix, quien fue uno de los protagonistas de la manifestación, denunció públicamente haber sido víctima de una agresión por parte de cuerpos de seguridad. “Nos toletearon, nos agarraron a macetas, nos tiraron gasas. Traen una Black Mamba (vehículo blindado). Tiran al pueblo. Y por eso no quieren elecciones”, afirmó desde los bajos del Congreso.

Congreso culpa a liberales

Sin embargo, el Congreso Nacional, presidido por el diputado Luis Redondo, de Libre, respondió con un duro comunicado oficial en el que responsabiliza a los propios diputados liberales por los actos de violencia ocurridos. Según el pronunciamiento, los legisladores de oposición, encabezados por Cálix, intentaron irrumpir por la fuerza en las instalaciones legislativas, generando enfrentamientos con el personal de seguridad.

Condenamos de manera firme y categórica los actos violentos protagonizados por diputados y algunos simpatizantes del Partido Liberal de Honduras”, sostiene el comunicado. El Congreso detalló que 28 diputados liberales participaron en la manifestación, que calificaron como “violenta, premeditada y deliberada”.

Además, el documento oficial asegura que simpatizantes liberales lanzaron piedras, rompieron vidrios y agredieron físicamente a varios miembros de la seguridad interna del Congreso, incluyendo al jefe de seguridad, quien habría sido lesionado en la cabeza, brazos y oídos.

El Congreso afirmó que estos hechos representan “un ataque inaceptable contra el orden democrático y la convivencia pacífica” y advirtió que se realizarán deducciones salariales a los diputados responsables por los daños ocasionados. También confirmó que las autoridades ya investigan los hechos y que se aplicará la ley contra quienes resulten responsables.

A la par, el comunicado incluye una grabación de video como supuesto respaldo de que la manifestación solo se tornó violenta cuando la dirigencia liberal habría dado la orden de ingresar al Congreso por la fuerza, con el objetivo de evitar la dispersión de los simpatizantes.

Este nuevo enfrentamiento refleja la creciente polarización política en el país, justo en momentos clave de definición del proceso electoral. Mientras los liberales presionan por garantías de transparencia y elecciones libres, el oficialismo acusa a sus adversarios de manipular la opinión pública y recurrir sistemáticamente a métodos violentos.

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