Ana Corina Sosa, hija de la opositora venezolana María Corina Machado, recibió el Premio Nobel de la Paz en Oslo en nombre de su madre y pronunció un mensaje que conmovió a la audiencia internacional, marcado por la clandestinidad, la expectativa por su llegada y fuertes críticas al régimen de Nicolás Maduro.
El Nobel de la Paz fue entregado en una ceremonia cargada de tensión política. A primera hora del día, el Instituto Nobel confirmó que Machado no lograría llegar a tiempo a la ceremonia, aunque sí estaba en ruta hacia la capital noruega tras 16 meses en la clandestinidad. Su hija, Ana Corina Sosa, abrió su intervención con las palabras que marcaron la jornada: “En tan solo unas horas podremos abrazarla aquí en Oslo, después de 16 meses viviendo en la clandestinidad”.
Sosa recibió la medalla y el diploma en representación de su madre y leyó el discurso preparado por la líder opositora, quien aseguró estar ya camino a Noruega. La ausencia de Machado, rodeada de misterio sobre su paradero exacto, generó un clima de expectativa internacional y una fuerte presencia de líderes latinoamericanos en el Ayuntamiento de Oslo.
En su mensaje, Machado reivindicó la lucha por una Venezuela democrática, denunció el colapso económico y social de los últimos años y recordó la represión contra opositores. También afirmó que la oposición ganó las elecciones de 2024 y acusó al gobierno de Maduro de responder “con terror”, mencionando miles de detenciones y torturas, incluso contra adolescentes.
La ceremonia estuvo marcada por un discurso inusualmente directo del Comité Nobel hacia Caracas. Su presidente, Joergen Watne Frydnes, pidió públicamente a Maduro “aceptar los resultados y renunciar”, lo que provocó una ovación de pie entre los asistentes, incluyendo presidentes de Argentina, Ecuador, Paraguay y Panamá, además de figuras políticas de Europa y Estados Unidos.
El reconocimiento ocurre en un momento de alta tensión para Venezuela y con manifestaciones previstas en Oslo. Mientras una parte de la comunidad internacional celebra el premio como un respaldo a la lucha democrática, otros cuestionan la cercanía de Machado con Donald Trump. El Instituto Nobel recordó que existe una larga tradición de que familiares reciban el galardón cuando el premiado no puede asistir, un precedente que ahora también acompaña la historia política venezolana.
